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Rajoy, pese a que no sabe si repetirá, quiso frenar las presiones para abrir la sucesión

Al vincular su decisión a la situación política y económica, el PP no da nada por cerrado

Mariano Rajoy en el Congreso del PP de la Comunidad Valenciana, en abril del pasado año MIKEL PONCE
Mayte Alcaraz

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Ni Xavi García Albiol dejará por el momento el PP catalán; ni hay en ciernes una crisis de gobierno; ni el presidente va a decir que se va antes de tiempo. Esas tres decisiones –porque en la lógica de Mariano Rajoy no tomar decisiones es ... la mejor de ellas– resonaron de despacho en despacho en Génova hace una semana. El presidente del Gobierno ya había salpicado cada una de sus entrevistas públicas con un ambiguo «yo me veo bien» que –comprobó– no había sido suficiente para sofocar un runrún interno según el cual es imposible frenar a Rivera tras el batacazo catalán sin mover ficha en las elecciones y, antes, renovar el Consejo de Ministros. La persona que más conoce el PP, asegura un alto cargo, es Rajoy. « Por algo lleva trece años y medio presidiéndolo y tiene orejas en cada despacho. Sabe que nadie discute su liderazgo pero creyó que algunos sí necesitaban escuchar que no toca hablar de sucesión y que será él quien diga cuándo».

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