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PSOE y Podemos no ceden y se sitúan al borde de la ruptura total

Podemos acusa a los socialistas de plantear o «un Gobierno en solitario o elecciones»

El equipo negociador del PSOE (Montero, Lastra y Calvo) antes de la reunión con Unidas Podemos Ángel de Antonio
Víctor Ruiz de Almirón

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PSOE y Unidas Podemos se encuentran al borde de la ruptura total. Tras más de cuatro horas y media de reunión, celebrada en las dependencias del grupo parlamentario socialista en el Congreso de los Diputados, las posiciones no se acercaron. Un encuentro fallido que aproxima la posibilidad de una repetición electoral el próximo 10 de noviembre. Ambas formaciones no cedieron en sus exigencias sobre la composición del Ejecutivo .

Fue por la parte de la formación de Pablo Iglesias desde donde ayer se quiso dar un golpe encima de la mesa. Al término del encuentro, la portavoz en el Congreso de Unidas Podemos, Ione Belarra , confirmó el encallamiento de las negociaciones: «Nos vamos sinceramente preocupados, básicamente nos han presentado un programa electoral», denunció. Fuentes del grupo parlamentario culparon después del bloqueo a los socialistas asegurando que «el PSOE no quiere negociar un gobierno» y reiteraron que «solo han venido a presentarnos su documento».

Podemos insiste en que ofrecieron negociar «en serio» un gobierno, programa y equipos, pero aseguran que lo que les transmiten los socialistas es que: «O gobernamos en solitario a pesar de no tener mayoría absoluta o elecciones» . Desde el partido morado creen que o Sánchez ha decidido ya ir a elecciones o que espera al último momento para ofrecer una coalición. Y esa última es la tesis que Pablo Iglesias sigue viendo posible.

Con días todavía por delante y con la previsible reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ninguno de los dos quiere romper todavía. Aunque en las palabras de Belarra apenas se percibía optimismo al respecto. La portavoz de Unidas Podemos aseguró que iban a «seguir hablando», pero admitió que la comisión negociadora del PSOE se mostró «profundamente inamovible en las posiciones en las que ya se mantenían». Es decir, en rechazar el Ejecutivo de coalición: «Nos han venido a presentar una tercera vía, que al final es su primera y única vía; que es un Gobierno de partido único», explicó Belarra.

El PSOE, en cambio, intentó proyectar un tono más conciliador. Fue la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra , quien intentó rebajar la tensión. «Hemos constatado diferencias, pero también hemos quedado en seguir hablando». La número dos del PSOE reivindicó que durante este proceso negociador «el PSOE se ha movido muchas veces» y que su planteamiento actual garantiza que no haya «ni vencedores ni vencidos» .

Por la mañana Sánchez reclamó a Iglesias un cambio de postura: «La solución siempre está en un camino intermedio. Entre dos posiciones opuestas que parecen antagónicas, la solución radica en una tercera vía». Para el PSOE ellos ya se han movido de manera clara y reiterada mientras que Podemos no sale de su postura de exigir un Gobierno de coalición.

Pero que Podemos entienda como «intermedia» la propuesta que ahora hace el PSOE parece imposible. Lo cierto es que el pulso entre Iglesias y Sánchez se disputa de forma muy polarizada. Coalición sí o coalición no. Esa es la cuestión. Si Iglesias hubiera logrado una coalición podría interpretarse como una victoria, pero no lograrlo sería un duro revés.

Iglesias culpa a Sánchez

La reunión ya había arrancado con el ambiente cargado de desconfianza. Las negociadoras se sentaron en la mesa después de los golpes que se habían asestado sus dos secretarios generales desde primera hora del día. Por la mañana, con dureza, Iglesias volvió a poner duda la palabra del presidente del Gobierno en funciones. «La política no se tiene que sustentar en la confianza sino en las garantías», aseguró durante una entrevista en Telecinco. «La palabra de un presidente no puede valer dos días» , continuó para recordar que Sánchez dijo que el único «escollo» para una coalición era «Pablo Iglesias», él asumió el «veto» y que aun así siguen sin avances. Por tanto, «el problema es él», espetó Iglesias .

Con un documento programático del PSOE basado en el acuerdo presupuestario y con las cuatro alternativas de coalición de Unidas Podemos especificadas, más que una negociación lo de ayer fue un intenso pulso que parece que se dilatará hasta la semana que viene. Por el momento, Unidas Podemos aguanta la presión ambiental después de que ERC y PNV perfilaran anteayer su apoyo al PSOE en una hipotética investidura y apuntaran al líder de Podemos como responsable del bloqueo.

También el presidente del Gobierno en funciones apremió ayer a Iglesias para acceder a facilitar su investidura: «Saber negociar es querer negociar. No imponer, sino acordar ». Tras constatar la disponibilidad de los nacionalistas para posibilitar su investidura, el líder socialista es muy consciente de que la presión sobre Iglesias ha subido varios grados. El presidente en funciones avanza en paralelo en su relato, donde dibuja a Iglesias como una figura que bloquea la gobernabilidad por su pretensión de ocupar ministerios. En caso de eventual repetición electoral el PSOE explotará ese marco. Sin embargo, Iglesias no siente la presión. Por ahora.

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