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El PP teme que la corrupción sepulte los éxitos económicos del Gobierno

«Creíamos que la corrupción estaba ya amortizada, pero parece que da igual lo que hagamos, porque la sombra nos persigue», dicen fuentes del partido

Mariano Rajoy junto a Fernando Martínez Maillo y Rafael Hernando Jaime Garcia
Itziar Reyero

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La pasada ha sido una semana de infarto para el Partido Popular, que se ve obligado a ajustarse el marcapasos judicial por los escándalos de corrupción y deberá vivir con él hasta 2019. Serán las elecciones autonómicas y municipales las que prueben su estado de salud electoral, pero en Génova ya asumen que con semanas como esta última «será difícil» recobrar el pulso y la confianza de los votantes que les retiraron su confianza, a pesar de los indudables éxitos económicos del Ejecutivo de Mariano Rajoy .

Justo ahora que la legislatura parecía encarrilada, cuando los populares acariciaban el acuerdo presupuestario y se centraban en vender la mejoría económica de España, el PP vuelve a adentrarse en el negro túnel de la sospecha, otra vez en Madrid. Y en Génova temen que este rebrote de corrupción que ha acabado con la detención del expresidente autonómico Ignacio González sea solo la «punta del iceberg».

La estrategia, por los aires

La dirección nacional regresaba de las vacaciones de Pascua con la tensión baja después de la dimisión del presidente de Murcia y el lunes pintó una agenda pública vacía de temas, con margen para apagar las hogueras de los congresos provinciales y amplio espacio para el pacto de Presupuestos con el PNV, aún enquistado. Ni siquiera se convocó la habitual rueda de prensa tras el comité de dirección. «No hay mucho que contar», reconocían desde la sede central.

La semana debía servir para ofrecer buenos datos económicos desde el Gobierno . En lo político, se preparaba la vuelta a la actividad parlamentaria, paralizada muy a pesar de los populares por las luchas intestinas del PSOE.

Pero de la calma Génova pasó a la hiperventilación. A mediodía del martes de la semana pasada la cúpula del PP sufrió un vuelco al corazón con la notificación del tribunal de la Gürtel citando como testigo al presidente, Mariano Rajoy . El miedo a que los titulares judiciales emborronaran la imagen y la gestión del Gobierno se apoderó de la cúpula, que tras reunir a su gabinete de crisis se revolvió contra esa decisión con un severo comunicado que no a todos en el Partido Popular gustó. «Nos devuelve a los tiempos de la negación» , se lamentó el sector más combativo contra la corrupción.

Veinticuatro horas después, el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy se desmarcó de la crítica a los jueces vistiendo de «normalidad» su testificación. Pero lo cierto es que la redada, esa misma mañana de miércoles, contra el expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, sepultó a todos. Por más que el aguirrismo fuera la víctima directa, la conmoción ha sido general.

Ventana a la esperanza

Solo se abrió una pequeña ventana para la esperanza y el PP nacional se asomó a ella: « Ha sido el Gobierno de Cristina Cifuentes quien ha puesto en conocimiento de la Justicia posibles irregularidades en la etapa anterior . Este partido no vuelve la cara a la corrupción, al revés, la denuncia», fue el mensaje del partido estos días, empeñado en que la regeneración empieza con ellos.

Sin embargo, el enrocamiento de Esperanza Aguirre al frente del grupo popular en el Ayuntamiento de Madrid «no ayuda», admiten en último término fuentes de la dirección nacional consultadas por ABC.

La frustración entre los altos cargos es, en cualquier caso, evidente. «Creíamos que la corrupción estaba amortizada, pero da igual lo que hagas, la sombra de esa sospecha nos persigue», señalan en Génova, donde se reconoce que no termina de calar entre la ciudadanía el mensaje de que es este Gobierno el que más ha hecho contra la corrupción. «Así es imposible. Esto es demoledor», se quejaba el viernes un dirigente nacional.

Los nuevos responsables autonómicos, recién salidos del congreso con la tarea de reconquistar el mapa electoral en 2019, también acusan los golpes que ha sufrido la marca. «Es muy difícil recuperar la confianza de la gente si seguimos en el vapuleo continuo», asegura un barón territorial en conversación con este periódico.

Horizonte judicial

El horizonte judicial, con el caso Gürtel abierto en canal, las imputaciones por Púnica que no cesan y los nuevos escándalos como el del Canal de Isabel II, seguirá siendo muy negro durante largos meses, tal vez años, según las previsiones internas. «Lo tenemos cuesta arriba. El daño es infinito», admite un responsable popular, que en todo caso recuerda que ya han pasado malos momentos antes. «El peor», reconoce, fue cuando estalló en 2013 el escándalo de los papeles de Bárcenas, la suuesta caja B del partido, que puso contra las cuerdas al Ejecutivo en pleno abismo de la crisis. Entonces, considera el partido, Mariano Rajoy ya ofreció explicaciones y admitió el error del ya famoso mensaje enviado al extesorero nacional: «Luis, sé fuerte».

Los populares se afanan ahora en diferenciar la última eclosión de corrupción en la Comunidad de Madrid de la situación personal del presdente del Gobierno, llamado como testigo en el juicio de la Gürtel. «No tiene nada que ocultar ni nada más que aportar. Irá, responderá y punto» , dicen los populares, sacudiendo la presión sobre el líder.

A partir de ahí, Génova y La Moncloa se centrarán en «lo importante», en alusión a la recuperación económica del país. La consigna del PP, pese a esta semana negra, es «insistir» en la buena marcha de la economía. El medio millón de puestos de empleo que se crearán al año, según las previsiones del Gobierno, debe imponerse a la lacra de la corrupción, confían sus estrategas políticos con la mirada fija en las urnas que se abrirán en dos años.

Mientras, el secretario de Estado de Interior, José Antonio Nieto, anunció ayer que comparecerá en el Congreso para explicar su reunión el pasado marzo 8 de marzo con Pablo González, hermano del expresidente madrileño Ignacio González, porque no tiene «nada que ocultar». «Estoy absolutamente tranquilo», dijo.

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