El PP espera recuperar diez escaños con votos fugados a Ciudadanos

Una de las ideas clave que va a manejar el PP durante esta nueva campaña electoral va a ser la apelación al voto útil : aquel que evite que gobierne Podemos . Consideran que para ello es importante que el votante de centro-derecha tenga claro que debe concentrar el voto en una única opción, la que el PP representa, para así sumar suficientes apoyos como para que el reparto de escaños producto de la Ley D’Hondt y su sistema de restos les favorezca. Son los partidos con más número de sufragios los que se ven beneficiados en este reparto.

En la cita electoral del 20-D, Ciudadanos no logró representación en 26 de las 52 circunscripciones totales. Hubo 564.000 personas que entregaron su voto a esta formación pero ese apoyo no se tradujo en ningún escaño. Fueron, según el PP, votos «que fueron directamente a la basura» . En algunos casos concretos, y hablamos de diez provincias de mediano tamaño, Ciudadanos no logró escaño, pero sí lo hizo Podemos. Y ambas formaciones estuvieron muy cercanas en porcentaje de votos, siempre ligeramente superior en el caso de la formación morada.

En el PP se preguntan qué hubiera pasado si esos votos, en lugar de ir a Ciudadanos, hubieran recalado en el PP. Y la respuesta es sencilla: este partido habría conseguido entre seis y diez diputados más.

Son, en general, casos que se dan en circunscripciones pequeñas, en las que a Ciudadanos le cuesta más arrancar votos porque aún no cuenta con infraestructura suficiente. Entre ellas están Huesca, Burgos, La Rioja, Badajoz y Pontevedra. Los dirigentes populares creen que conseguirían siete de esos diez nuevos escaños a costa de Podemos, otros dos a costa del PSOE y uno vendría del PNV.

En algunos de estos lugares, en el PP ven muy claro el trasvase de escaños. Es el caso de Huesca, donde Podemos logró un diputado con un 17,9 por ciento de los votos y Ciudadanos se quedó sin ninguno pese a tener un 16,2, lo que supuso 19.700 votos que no tuvieron utilidad práctica. Si esos apoyos se hubieran trasladado al PP, éste partido habría ganado un escaño a costa de Podemos.

Igual ocurre en Burgos: Podemos obtuvo su escaño con el 17,1 por ciento de los votos, mientras que Ciudadanos, con 33.370 votos y el 15,5 por ciento de apoyos, no lo logró. Uniendo votos en la horquilla del centro-derecha, la traducción habría sido un diputado más para el PP y ninguno para Podemos.

Casos similares se dan en dos provincias catalanas: Gerona y Lérida. En la primera, Podemos ganó un escaño con un 16,3 por ciento de apoyos. Ciudadanos tuvo un 9,4 y el PP un 8,5, algo que unido habría dado a los populares un diputado restándoselo a Podemos. Y en Lérida, el PP con su 11,3 por ciento de votos y Ciudadanos con el 9 se quedaron sin escaño, mientras Podemos tuvo uno con el 16,3 de los sufragios, menos de los que suman los votantes de PP y Ciudadanos.

En Badajoz, siguiendo este mismo caso, Podemos se hizo con un diputado con un 11,8 por ciento de los votos, mientras que Ciudadanos, con un 11,4, lo rozó pero no lo consiguió. La concentración de votos a una única opción de centro-derecha, resaltan en el PP, habría sumado un escaño al tiempo que se lo restaba a Podemos.

Un caso muy similar es el de La Rioja, donde la formación de Pablo Iglesias y Ciudadanos se pisaron los talones: un 15,8 por ciento de votos para la primera y un 15,1 para la segunda. Pero sólo aquella logró un escaño. Los 26.700 votos a Ciudadanos, si hubieran elegido la opción popular, habrían visto subir otro escaño al «contador» del centro-derecha, en detrimento de Podemos.

Hay otras situaciones en las que esta relación no es tan clara, pero que permite a los expertos del PP suponer que habría grandes posibilidades de conseguir un escaño. En este caso está Navarra, donde los dos diputados del PP con UPN -van en coalición en esta comunidad foral- podrían haber sido tres, si se les hubieran sumado los votos de Ciudadanos -24.800 apoyos, un 7,1 por ciento-.

En las provincias gallegas de Orense y Pontevedra se dan casos similares: los votos a Ciudadanos -un 7,9 por ciento en la primera provincia y un 9 en la segunda- podrían haber sido útiles a la hora de conseguir otro escaño de los restos, en el caso de que se hubieran destinado al PP.

Por último, Guipúzcoa se encuentra en parecida situación: sólo sumando los votos a PP (8,7 por ciento) y los dirigidos a Ciudadanos (3,7) se habrían podido acercar a un diputado por esta provincia.

De ahí que la estrategia de campaña del PP vaya a dirigir sus esfuerzos a recuperar votantes en estos puntos en los que una cosecha sólo un poco mayor de apoyos puede traducirse en un incremento de escaños suficiente para facilitar un gobierno estable tras el 26-J, al tiempo que debilita a Podemos.