El PP afronta en silencio absoluto el camino hacia la investidura de Rajoy

La abstención –en bloque o partida– del grupo socialista casi once meses después allanará la elección del presidente del Gobierno en segunda votación, cuando solo es necesaria una mayoría simple, aunque no garantiza la estabalidad parlamentaria más allá .

El plazo límite para la votación de investidura en el Congreso acaba el lunes 31 de octubre a las 23.59 horas, aunque se espera que la presidencia de la Cámara, Ana pastor, fije el Pleno decisivo en el fin de semana . Lo hará mañana tras recibir del Rey su propuesta del candidato a la investidura, una vez que escuche a los partidos en su ronda de consultas en Zarzuela. Todo, para evitar la convocatoria de unas terceras elecciones en un año.

El PP aguardó ayer en silencio absoluto el resultado de la votación del Comité Federal del PSOE. Ningún dirigente se pronunció –ni siquiera en las redes sociales– sobre la abstención socialista, que es histórica porque por primera vez uno de los dos grandes partidos españoles favorecerá con su voto un Gobierno del otro. Hace días que Rajoy ordenó a su equipo extremar la prudencia para no interferir en el delicado proceso interno de Ferraz y el guión se cumplió a rajatabla. Mutis total.

Las fuentes oficiales avanzaron que Rajoy se pronunciará hoy. Lo hará a primera hora en un desayuno informativo en Madrid con el coordinador general del PPcatalán, Xavier García Albiol , al que asistirán los «primeros espada» de Génova. Se espera que el mensaje de Rajoy sea, como hasta ahora, conciliador. Mano tendida para propiciar lo que el grupo popular ya ha acuñado como «una legislatura colaborativa» en la que deberá esforzarse por alcanzar acuerdos con la oposición.

En La Moncloa y en Génova crece el optimismo tras superar el último eslabón de Ferraz y se ve mucho más cerca la reelección de Rajoy. « Es la victoria del sentido común» , se felicitaba ayer en privado un dirigente. Pero, siendo fieles al presidente, guardarán la cautela debida hasta que sea oficialmente elegido por el Congreso. «No vamos a adelantar acontecimientos, no habrá pasos en falso» , aseguraba anoche un veterano diputado popular, que se mostraba convencido de que el presidente «sabrá ser generoso»con el PSOE. El PP es consciente de que los socialistas llegan desfondados –o directamente, rotos– a la votación en el Congreso tras largos meses de sangrado interno a cuenta del «no es no» de Pedro Sánchez . Y no quieren hacer leña del árbol caído del PSOE que debe ahora buscar un nuevo líder –y, por tanto, interlocutor con Rajoy–, especialmente cuando más ataca Podemos.

Nada más concretarse la abstención en Ferraz, Pablo Iglesias se arrogó el liderazgo de la oposición en España : «Hoy se constata el fin del turnismo como sistema de partidos. Nace una Gran Coalición que nos tendrá enfrente como alternativa» . También Iñigo Errejón abundó en la tesis de la rendición socialista. «Con la decision del PSOE nace un gobierno debil y de corto recorrido. Ayer se turnaban, hoy se necesitan. Seremos la alternativa».

Los socialistas, que deben afrontar además el divorcio con su militancia, se comprometieron a una oposición «tan firme como constructiva». Desde el primer día, avisan, buscarán «los apoyos necesarios para revisar las políticas antisociales del PP».

Ciudadanos mantendrá el «sí» a Rajoy que ya le ofreció en la investidura fallida de septiembre y que c anjeará por el cumplimiento de las 150 reformas pactadas con el PP este verano, incluidas las medidas anticorrupción y de regeneración política. «El sentido de nuestros votos será favorable», confirmó ayer el portavoz de C’s en el Congreso, Miguel Gutiérrez . «El acuerdo con el PP está ahí y se reedita porque entendemos que se comprometen a cumplirlo», señalan los de Albert Rivera , deprimidos por su tendencia electoral a la baja, que le alejó de Galicia y el País Vasco. Con 32 escaños, Ciudadanos asume que queda diluido entre las fuerzas de oposición . Sus votos no le bastan aritméticamente a Rajoy, quien, tras la investidura, tendrá que lidiar con los 180 «noes» del resto de la oposición, incluido el PSOE.