Podemos aprovecha la vuelta de Iglesias y reprocha al Gobierno su electoralismo

Durante las últimas semanas, Podemos ha ido dejando que sus críticas al Gobierno se cuelen en la agenda pública. No con tanta agresividad como lo hacen Partido Popular, Ciudadanos y Vox, sino con una argucia que le ha permitido elevar el tono progresivamente para dejar muy atrás su alianza con los socialistas. Con la campaña electoral a un mes vista necesitan reforzar su espacio como alternativa a la izquierda del PSOE en un momento en el que las encuestas les penalizan con sus peores resultados históricos. Sin ir más lejos, la portavoz en el Congreso, Irene Montero , en uno de los últimos plenos de la legislatura, aseguró que Sánchez y su gabinete no eran de fiar porque, a su juicio, actuaban igual que el PP. Unas palabras que marcaron la senda de lo que sería la estrategia morada.

El viernes la formación reprochó el oportunismo del Gobierno después de que el Consejo de Ministros anunciara que el 10 de junio se exhumará a Franco del Valle de los Caídos para trasladar sus restos a El Pardo. El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, abordó la decisión como una «tomadura de pelo» y denunció que «es un manoseo de la memoria histórica por motivos electorales, que desde luego no se merecen las víctimas de la dictadura y sus familiares».

De igual modo, esta semana la diputada de Podemos y secretaria segunda de la Diputación Permanente, Gloria Elizo, atizó a Sánchez por el goteo de decretos ley que el Consejo de Ministros está aprobando cada viernes. La también vicesecretaria cuarta de la mesa del Congreso denunció en Telemadrid que Sánchez se comprometió con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en el acuerdo presupuestario a aprobar en el plazo de la legislatura una serie de medidas que no ha cumplido. «No entendemos por qué lleva esos acuerdos con Podemos a días de la celebración de las elecciones, evidentemente tiene un claro cariz electoralista» , sostuvo Elizo, que explicó que aunque hubo tiempo para aprobar los decretos en normalidad democrática el Gobierno se aprovecha ahora de la situación.

En su confrontación con el PSOE, Podemos también hará hincapié en la falta de garantías y en las limitaciones que tienen los socialistas para cumplir sus compromisos firmados, sobre todo, explican, en aquellas materias que pongan «nerviosas» a las élites, como reducir la factura de la luz, limitar los precios del alquiler o derogar la reforma laboral del PP. Respecto a esta última medida, según narran fuentes parlamentarias de Unidos Podemos a ABC, es «decepcionante» que el Ejecutivo haya dado marcha atrás. «Tengo la duda de si el Gobierno estuvo desde el primer día en campaña electoral», se plantea una parlamentaria conocedora de las conversaciones.

Estas mismas fuentes insisten en que en la negociación del decreto de la reforma laboral había «disparidades de criterios» dentro del propio Gobierno. Por un lado, aseguran que la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, quería sacarlo adelante, pero Presidencia, Economía y Hacienda no estaban por la labor.

El plan para movilizar al electorado pasa por dos ejes. En primer término, el perfil bajo les sirve para no quemar a Iglesias en las precampaña, habida cuenta de que su imagen empieza a perder fuelle y está muy deteriorada en las encuestas.

Además, confían en que el golpe de efecto de su acto de regreso –el 23 de marzo– de la baja por paternidad atraiga el voto volátil. Por otro lado, se aprovecharán de esa escasa aparición de sus dirigentes para denunciar que los medios no les hacen caso mientras el resto de partidos en liza tienen espacio en la agenda mediática. Este mensaje, que ya utilizan desde hace semanas, les permitirá movilizar a sus votantes en un momento en el que los sondeos son demoledores.