Llamazares, llene mi nevera

LOS dos se llaman Juan pero ninguno es igual al otro. Roig es un emprendedor, fundador de Mercadona, que ha creado en España 70.000 empleos fijos y pasa por ser uno de los empresarios más solventes de Europa. El otro, Sánchez Gordillo, vive del ... esfuerzo de los demás y levanta una utopía roja que consiste en escupir sobre el derecho a la propiedad del prójimo y retozar en el bálsamo que le confieren los tributos del resto de españoles. Hace unas horas decidió Gordillo asaltar, megáfono y desvergüenza en mano, una tienda de Mercadona, símbolo de la España que funciona, crea riqueza y paga impuestos con los que sufragar, por ejemplo, los tres mil euros del ala que cobra el alcalde de Marinaleda. Qué le impide a Gordillo, con ese pellizco de euros que muchos quisieran, convidar a los pobres a los que dice defender a la cesta de la compra cada semana y abastecer con su peculio -y no con el de una empresa modélica- la mesa de los más necesitados. Y de faltarle, ahí está su hermano de sangre, Llamazares, tan comprensivo él con los atracos perpetrados contra los demás, que puede arrimar sus más de 6.000 euros brutos mensuales y llenar decenas de neveras. Usted, lector, puede elegir también: el sueldo de un diputado del Reino de España da hasta para un televisor LCD de última generación para ver las medallas de España, ese que usted no se compra porque los socios de Llamazares, tan pintureros ellos, se gastaron hasta el último céntimo y ahora no queda un duro en la caja común. Ni la ortodoxia de Merkel, ni el cinismo de Draghi: se acabaron los problemas económicos en España. Jauja comienza en Marinaleda.