Militantes del PP plantean un decálogo para «regenerar» el partido

Floridablanca, cuya directora y portavoz es Isabel Benjumea , se ha convertido en una de las más claras voces críticas del PP. Periódicamente publica en su página web análisis sobre la situación política, siempre con una aportación constructiva y proponiendo fórmulas para mejorar. Estas son sus diez «recetas» para la regeneración popular.

Comenzando por el principio, el primer paso debería ser, a juicio de Floridablanca, celebrar cuanto antes el congreso nacional del PP, pendiente desde hace más de un año y nuevamente retrasado por la situación de inestabilidad política. Éste debe ser un congreso abierto que funcione bajo la fórmula de «un militante, un voto», y en el que se elija «a una nueva dirección» que defina el modelo de partido que se quiere para el futuro.

Piden un sistema de consultas a los afiliados sobre asuntos de interés político, «que puedan ser promovidas desde la dirección del partido pero también desde las bases, por los propios afiliados». Y establecer mecanismos de rendición de cuentas por el que los afiliados puedan introducir en el orden del día de las juntas directivas tanto preguntas como quejas o sugerencias sobre la gestión.

Para garantizar «el pluralismo interno, la fiscalización y la transparencia» , se propone que «la candidatura que haya obtenido la mayoría ostente como máximo el 75 por ciento de los puestos y la minoría el 25 por ciento».

Proponen limitar a un máximo de tres mandatos (9 años) el tiempo que se puedan ocupar los cargos de presidente o secretario en los diferentes ámbitos territoriales. Así, indican, se evitarían «el anquilosamiento de las estructuras y el caciquismo interno».

«Todos los afiliados estarán en igualdad de condiciones para desempeñar los cargos basados en la confianza de los afiliados. No se favorecerán segmentos particulares de afiliados, por razón de edad u otras circunstancias de carácter personal, en la composición de los órganos representativos y de dirección del partido», plantean los miembros de la Red Floridablanca.

En este sentido, se propone establecer mecanismos para que los afiliados del PP puedan conocer al detalle los gastos en que incurre el partido, y la procedencia de los fondos con los que se cubren.

Un militante, un cargo. O, lo que es lo mismo, no se podrá ser al mismo tiempo alcalde o concejal y diputado o senador , o miembro de una Asamblea de Comunidad Autónoma. Se plantea también que en los estatutos venga recogido que ninguna persona que trabaje para el partido pueda, a la vez, tener cargos de naturaleza representativa en él.

Los componentes de la Red Floridablanca quieren acabar con la discrecionalidad a la hora de elaborar las listas electorales . Ellos abogan por la meritocracia: herramientas para que puedan postularse quienes quieran aspirar a determinados puestos. Por ejemplo, se propone fiscalizar la auténtica idoneidad del aspirante al cargo.

Además, a la hora de designar cargos de confianza, ésto se hará basándose en criterios profesionales o curriculares, y comprobando previamente la veracidad de la carrera profesional de los aspirantes.

El PP deberá reconocer y amparar la posibilidad de voto en conciencia de los miembros de las Cámaras parlamentarias, respecto a asuntos que afecten a sus convicciones morales. Esto, señalan, es algo que ocurre «en la mayoría de los partidos de centro-derecha del mundo occidental».

Es, afirman, una premisa fundamental: «El partido y la sociedad deben conocer el número real de afiliados». Es necesaria, dicen, una revisión del censo de todas las agrupaciones, y hacerlo de forma supervisada «por un comité de garantías» .