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Yeremi y los otros once menores cuyo rastro se busca todavía en España

No hay ni rastro de ellos. Un día estaban con sus familias y, al instante siguiente, desaparecieron causando una pesadilla entre los suyos que se resisten a abandonar su búsqueda. Las Fuerzas de Seguridad aún persiguen su paradero

uco guardia civil

érika montañés

06/03/2012
Actualizado 09/10/2012 a las 21:05h.

No hay ni rastro de ellos. Un día estaban con sus familias y, al instante siguiente, desaparecieron desencadenando una auténtica pesadilla entre los suyos que se resisten, no obstante y pese al paso de los años, a abandonar su búsqueda. Las Fuerzas de Seguridad aún ... persiguen su paradero. Son casos como el de Yeremi José Vargas Suárez, que esta semana -el próximo 10 de marzo- cumplirá cinco años desde la desaparición del pequeño, cuando jugaba con sus dos primos mayores, su abuela lo llamó para comer y solo regresaron los otros dos chiquillos. La Guardia Civil acaba de pedir la máxima colaboración ciudadana porque el caso ha entrado «en un momento crítico», quiere reactivarlo en base a nuevas pistas y ha dado a conocer los nuevos detalles de la investigación que pueden ayudar a esclarecer alguna hipótesis (como la vestimenta que llevaba el día de autos o la mancha rosácea que presentaba en el pecho, marca de nacimiento del pequeño que además padece problemas respiratorios y necesita medicación). La Unidad Central Operativa del Instituto Armado cree que esta nueva etapa depende de que la memoria del niño «no caiga en el olvido».

Tampoco se deben perder de vista los siguientes casos :

1 y 2 -. RUTH Y JOSÉ BRETÓN (CÓRDOBA, octubre de 2011): Por orden cronológico, el caso más reciente es el de Ruth y José Bretón Ortiz, los niños de 6 y 2 años respectivamente, cuyo rastro se perdió el pasado 8 de octubre de 2011. Su padre, José Bretón , estaba con ellos, afirmó que los llevó a un parque de la capital cordobesa y que allí los perdió. Es el único sospechoso que permanece en prisión porque el juez de Instrucción mantiene las sospechas sobre sus cambios de versiones y los indicios que pesan sobre su contra. De la misma teoría es la madre de los niños, Ruth Ortiz, que se encontraba en trámites de separación de su pareja. Ruth sigue concentrándose con sus parientes y compañeros de trabajo en Huelva cada jueves para pedir que no se olvide el caso de los niños, que se sigan buscando y que Bretón confiese dónde están, vivos o muertos.

3-. AMY FITZPATRICK (MIJAS, MÁLAGA, en 2008): La joven irlandesa de 15 años desapareció cuando iba camino de regreso a su casa, en la población de Mijas Costa (Málaga). Amy salió de casa de una amiga, en la urbanización Calipso, donde fue vista por última vez. Su madre, desesperada, puso en marcha una campaña mediática que coincidió con la de los padres británicos de Madeleine McCann , que habían perdido a su hija en el Algarve portugués.

4-. SARA MORALES (Las Palmas de Gran Canaria, Julio de 2006): El caso de la menor, de 14 años, convulsionó la isla de Gran Canaria un año antes de la desaparición de Yeremi y de que saltase a los medios el escándalo sexual del «caso Kárate». Sara se dirigía desde su casa, sita en el barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria, a un centro comercial, donde había quedado con unas amigas. Pero nunca llegó.

5-. JOSUÉ MONGE GARCÍA (Sevilla, abril de 2006): No hay noticias sobre el paradero de este niño de 13 años desde abril de 2006. Tampoco llegó a casa de su amigo en la población de Dos Hermanas, en Sevilla, adonde iba montado en su bicicleta. Apenas 300 metros separaban ambos domicilios. Según trascendió, el menor llevaba 30 euros en el bolsillo y una mochila con vestimenta para pasar esa noche fuera, vestía chándal gris y botines de color rojo.

6-. CRISTINA BERGUA VERA (Cornellá, Barcelona, marzo de 1997) : A sus 16 años, esta adolescente vecina de Cornella (Barcelona) también se esfumó. La última persona que la vio fue el joven con el que salía, quien aseguró haberse despedido de ella en la carretera de Esplugues de Cornellá. Y no se supo nada más. Su entorno fue investigado, incluso se rastreó su paradero en zonas de depósito de basuras, por un mensaje anónimo recibido. Pero el cuerpo tampoco apareció.

7-. GLORIA MARTÍNEZ (Alfaz del Pí, Alicante, octubre de 1992): Su caso también despertó conciencias. La opinión pública aleteó con el revuelo causado por su desaparición de una clínica de Alfaz del Pí cuando contaba 17 años. Había ingresado en el centro para someterse a un tratamiento psiquiátrico. El personal del centro alegó que la joven se fue por su propio pie la misma noche del ingreso tras intentar saltar la valla del hospital.

8 y 9-. VIRGINIA GUERRERO ESPEJO Y MANUELA TORRES BOUGEFFA (Palencia, abril de 1992) : Las dos amigas, de 14 y 13 años respectivamente, desaparecieron el 23 de abril de 1992. Vecinas de Aguilar de Campoo (Palencia), aprovecharon que ese día era festivo en Castilla y León para viajar en tren hasta la localidad cántabra de Reinosa. A última hora de la tarde se las vio haciendo autoestop para regresar a sus casas y, según algunos testimonios, pudieron haber sido recogidas por un automóvil de color blanco, pero nunca más se volvió a saber de ellas. Como si se las hubiese tragado la tierra, no ha habido en estos 20 años pistas fidedignas sobre qué sucedió aquel día.

10-. DAVID GUERRERO GUEVARA (Málaga, abril de 1987): Se le bautizó en la época como el niño «pintor de Málaga», quien salió de su casa para acudir a una galería de arte, pero jamás se le volvió a ver. Forma parte de esos expedientes X de extraños casos irresolutos: eran las 18.30 horas cuando salió de su casa y se dirigía a la parada de autobús más próxima, situada a aproximadamente unos 150 metros de distancia en la malagueña barriada de Huelin, para tomar un autobús que le dejaría en el centro de la ciudad. No llegó a subir al autocar.

11-. JUAN PEDRO MARTÍNEZ (Madrid, junio de 1986) : Un accidente desembocó la tragedia. En el término municipal de Somosierra, en Madrid, volcó un camión cisterna, a consecuencia del cual falleció el conductor del vehículo y su esposa. El hijo de ambos, Juan Pablo Martínez Gómez, no obstante, desapareció en el transcurso de este accidente y no se localizó nunca su cuerpo. Segun testigos presenciales, poco después de que se produjese el accidente se paró en las proximidades una furgoneta. Su conductor, un hombre de unos treinta años que iba acompañado por dos mujeres pudieron haberse llevado al niño. Su rastro se perdió.