Luis Pineda, el hombre que no se baja del Mercedes

Lo cierto es que esa «lucha» lo ha hecho millonario, con un entramado que ingresa hasta quince millones de euros al año. Cuando lo critican por este enriquecimiento, responde que le viene de cuna, porque «no me he bajado de un Mercedes desde niño, mi padre trabajó mucho» («El País», julio de 2007).

Joven ultraderechista, militó en grupos violentos durante la transición y en 1980 participó en el asalto a mano armada a una anciana joyera, María Ignacia Vázquez de Soto, marquesa de San Eduardo, en su domicilio de Madrid. Solo le faltaban unos meses para cumplir la mayoría de edad, lo que le supuso una sentencia condenatoria muy benévola (tres meses de arresto).

Dice que ha pagado por esos hechos y ha cambiado. Por eso, su biografía oficial lo dibuja como un «luchador incansable y soñador que, con los juzgados como escenario, no ha dejado de perseguir (y conseguir) que los derechos de los ciudadanos sean respetados como se merecen».