La Infanta y Urdangarín llegan a la sala del juicio del caso Nóos

Esta es la primera vez en la historia que una Infanta de España se sienta en el banquillo acusada de un sobre delito contra la Hacienda Pública. La presencia de Doña Cristina ha ocasionado una enorme expectación, como lo demuestran los más de 600 profesionales de los medios acreditados para seguir la vista oral.

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Además de Doña Cristina e Iñaki Urdangarín han ido llegando a la sala los otros dieciséis acusados en este caso, entre ellos Jaume Matas , expresidente del Gobierno balear, y Diego Torres, exsocio de Urdangarín.

A las nueve y cuarto de la mañana, si no hay retrasos, está previsto que el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach abra el turno de intervenciones para que las partes aleguen las cuestiones previas que crean oportunas. Le seguirán el resto de las acusaciones, y posteriormente serán las defensas de los 18 procesados las que hagan uso de la palabra si lo estiman conveniente. A continuación, de nuevo Horrach podrá cerrar esta primera parte del juicio, que podría prolongarse hasta mañana.

La intervención de Horrach, que ha planificado, dirigido y ejecutado toda la investigación salvo lo relativo a Doña Cristina, es esperada con gran interés. Las fuentes consultadas por ABC afirman que no será muy larga, en torno a los veinte minutos o quizá media hora, y además de la ya prevista defensa de la aplicación de la doctrina Botín a la Infanta se espera que haya una «sorpresa» en la que el fiscal habría estado trabajando en las últimas semanas.

El secretismo es máximo en torno a lo que el representante del Ministerio Público puede presentar ante el tribunal, aunque las mismas fuentes admiten que estará relacionado con el trato discriminatorio que habría sufrido la hija menor de Don Juan Carlos y Doña Sofía en relación al de otras personas en una situación similar a la suya implicadas en casos idénticos.

Es decir; intentará demostrar que nadie hasta ahora ha sido juzgado por hechos como los atribuidos a Doña Cristina. Ya en alguna ocasión el fiscal ha afirmado que la Infanta había sido imputada «por ser quién es» y no por lo que había hecho, lo que le valió fuertes críticas desde ámbitos políticos y mediáticos.