Inés Arrimadas: «La alternativa a los ataques al Rey no es echar de menos la dictadura»

Tras la debacle que sufrió Cs en las elecciones del 10-N, en las que cayó de 57 a diez diputados, Arrimadas contaba hoy con la oportunidad de dirigir un gran discurso para resituarse en el foco mediático. Ha subido a la tribuna luciendo un crespón negro en señal de luto y homenaje a los fallecidos por Covid-19 , pero también en recuerdo de su compañero Joan Mesquida , ex director general de la Policía Nacional y de la Guardia Civil fallecido esta semana. Ha levantado entonces aplausos generalizados en el Congreso , pero después de eso solo sus compañeros de Cs han vitoreado el discurso de su presidenta.

Siempre manteniendo las formas, incluso Abascal le ha agradecido el tono empleado, Arrimadas ha llamado a pinchar «la burbuja» de crispación del Congreso y a focalizar todos los esfuerzos en superar cuanto antes los estragos del coronavirus. La líder de Cs ha recordado que ayer murieron más de doscientos españoles por esta enfermedad y que permanecen hospitalizados más de 13.000 y en las UCI, debatiéndose entre la vida y la muerte, más de 1.100. «En este momento muere un español cada siete minutos por coronavirus. En lo que dura esta moción, habrán muerto 133 españoles más », ha lamentado Arrimadas, en un reproche a toda la clase política.

Pero en su intervención no se ha limitado a cuestionar la oportunidad de la iniciativa de Vox -en su partido ya la han tachado estos días de «irresponsable» y de «partidista»-, sino que ha sostenido su voto negativo en cuatro patas introducidas de «menos a más importante». La primera, una simple cuestión aritmética, es que los números no dan . Frente a las acusaciones de «traición» a Cs por respaldar las prórrogas del estado de alarma o por abrirse a negociar los Presupuestos Generales del Estado con el Gobierno, Arrimadas ha alegado que este Gobierno cuenta con una mayoría para seguir «tres años más» y que en ese tiempo la pregunta será con quién pacta el Ejecutivo y, sobre todo, qué acuerda.

En segundo lugar, en un hilo argumental similar al que ha manejado el PP estos días, la líder de Cs se ha preguntado quién es el más beneficiado por esta moción de censura. En su opinión, el Gobierno, que recibe como regalo «un relato» para justificar sus alianzas con populistas y separatistas. «¿No se han percatado de lo felices que están hoy los socialistas y los señores de Podemos y sus socios nacionalistas? ¿Les llamó Iván Redondo para proponerles la moción de censura?», ha preguntado Arrimadas, sarcástica, al hoy candidato a la Presidencia del Gobierno. El «discurso trasnochado de Abascal» , ha dicho, es «un arma para los nacionalistas en el extranjero».

A continuación, Arrimadas ha cargado contra el momento en el que se presenta la moción de censura, sin visos de salir adelante, en plena segunda ola «de la peor pandemia en cien años» . «Estamos en medio de la tragedia, el accidente se acaba de producir, tenemos que poner a la gente a salvo. ¿Qué propone? ¿Ir a elecciones? ¿Sacar a millones de españoles a la calle en medio de una pandemia?».

Es en el cuarto punto, no obstante, donde más se ha desmarcado Arrimadas de Vox. Sin cambiar el semblante ni atacar en ningún momento a Abascal ha remarcado la distancia que le separa de sus postulados, aunque ha compartido su «diagnóstico» en cuanto a la mala gestión del Gobierno durante la pandemia. La líder de Cs se ha cuidado mucho de exhibir su respeto a los más de cuatro millones de votantes de Vox, consciente de que muchos de ellos un día votaron a Cs y podrían volver en el futuro, pero ha achacado su apoyo a Abascal en la consecución de un «barniz de cabreo e indignación» y no a su proyecto para con España.

Ha explicado que las mociones de censura en España son constructivas y que la pregunta de hoy no es si a Cs le gusta la gestión del Gobierno de coalición, situado en sus «antípodas ideológicas», sino si debe ser Abascal el próximo presidente del Ejecutivo. «Su modelo de España y de Europa no tiene nada que ver con el que yo defiendo» , ha zanjado de primeras, y ha desgranado después sus puntos de desencuentro: su modelo de familias, su discurso «claramente antieuropeísta», su «deriva» al atacar al Tribunal Constitucional ... Pero lo más llamativo ha sido cómo ha criticado, sin matices, la «nostalgia» de la dictadura que parece profesar Abascal, al afirmar que este Gobierno es el peor «en ochenta años» , dictadura incluida.

«La alternativa a los ataques al Rey no es echar de menos la dictadura (...) Venir a decir que el peor Gobierno en ochenta años es este, metiendo a la dictadura... ¿De verdad se creen que los españoles se sienten representados en la nostalgia del franquismo? », ha espetado Arrimadas, que ha querido dejar claro a los españoles que existe una alternativa «entre las barbaridades de unos» -ha mencionado los pactos del Gobierno con EH Bildu o la pretendida reforma del Consejo General del Poder Judicial - y «un discurso que no representa a la sociedad española».

También ha sido crítica Arrimadas con las manifestaciones promovidas por Vox -y por Podemos contra el Gobierno de la Comunidad de Madrid - en plena pandemia y ha censurado al diputado de Vox que hoy ha defendido la moción, Ignacio Garriga , entre otros, por haber acusado a Cs de ser «traidores» por respaldar las prórrogas del estado de alarma. Si les llaman a ellos traidores, ha ironizado Arrimadas, «no les va a quedar ni Don Pelayo» .

«Estamos hablando de Franco, de Soros, de los fachas...» , ha arrancado Arrimadas mirando a toda la Cámara Baja, y lamentando que estos dos días no se estén aprovechando para debatir sobre cómo contener la curva de contagios en esta segunda ola del coronavirus. Mientras hablaba, España se ha convertido en el primer país de la Europa occidental en superar la barrera del millón de contagios .

Abascal en su réplica, aunque en un tono también correcto, ha acusado a Arrimadas de «retorcer sus palabras» y ha afirmado que no era la intención de su partido llamar «traidor» a ninguno de los diputados de Cs. Pero ha contrarrestado sus argumentos preguntándole si no cree que el Gobierno sale más fortalecido con la mano tendida de Cs que con la moción, aunque no vaya a prosperar. Algo ante lo que Arrimadas ha repuesto que precisamente si Cs se ofrece a pactar con el Ejecutivo es para evitar «que Bildu decida sobre los fondos europeos».

«Les bautizamos de otra manera en la que no quiero insistir», ha dicho a continuación Abascal, dejando caer la idea de esa «veleta naranja», y ha apostillado que Cs es un partido que genera «confusión ideológica» a los votantes. «Nos han llamado populistas por decir lo que piensan millones de españoles, ¿cómo llamamos a la equidistancia? Creo que no es lo mismo dar los votos al Gobierno que pacta con Bildu que recibir los votos para que ustedes tengan consejeros», ha atizado Abascal, que también ha rechazado que hayan atacado al Constitucional, aunque después se ha reafirmado: «El Tribunal Constitucional falta el respeto a esta Cámara al dilatar los recursos de inconstitucionalidad».

«Sánchez necesita la confrontación y partir por la mitad España. Con este discurso, Sánchez puede seguir diez años o más. Dirán sí, lo hacemos muy mal, vamos a controlar la Justicia, pero miren a los de enfrente. Usted hoy parecía que le hacía la moción de censura al Gobierno chino. Sé perfectamente quién es el señor Soros, pero no sé qué hacen aquí él ni las odas a Trump», ha contestado Arrimadas a Abascal, cuando este le ha invitado a preguntar a Luis Garicano , delegado de Cs en el Parlamento Europeo, quién es «el señor Soros».

Con Cs y Vox más alejados que nunca, Arrimadas ha concluido con una reclamación a Abascal: «Le pido, señor Abascal, que no dé armas a los que quieren dividir nuestro país. Si no salimos de esta juntos, no salimos». El candidato a la Presidencia del Gobierno, por su parte, ha respondido con una contradicción de Cs, que intentan salvar por la «excepcionalidad» de la pandemia: «¿Usted favoreció al señor Torra por presentar una moción de censura en el Parlament?» .