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Pacto de legislatura

Iglesias gana y la «alianza Frankenstein» expulsa a Arrimadas

Los Presupuestos pasan al Pleno de la mano de ERC, PNV y EH Bildu

El vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias EP

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La comisión de Presupuestos del Congreso fue ayer la perfecta imagen de cómo el bloque de la moción de censura comienza a coger el timón del Estado. Las cuentas para el año 2021 enfilan ya su aprobación en el Pleno de la mano de ERC, PNV y EH Bildu tras haber superado el trámite de enmiendas parciales con apoyos que levantan ampollas tanto a su izquierda como a su derecha. Enmiendas que reflejan también los millonarios peajes que ha accedido a pagar el Gobierno de Pedro Sánchez por aprobar sus cuentas y hacerlo, además, en un tiempo récord.

PNV y ERC son los principales beneficiarios del proceso de tramitación en el que han conseguido arrancar jugosas inversiones y cesiones estratégicas. Y precisamente han sido estas cesiones las que han terminado por sacar definitivamente de la ecuación a Inés Arrimadas , que ayer anunció su voto contrario a las cuentas denunciando que, pese a no necesitarlo, Sánchez había tomado una decisión incompatible con Cs: «Sánchez ha preferido coger la mano de Otegui y de Junqueras en vez de la de un partido moderado», lamentó Arrimadas.

Fuentes gubernamentales confirman que ciertamente hasta esta semana los puentes no se habían roto. Y que fue en la tarde del miércoles cuando en La Moncloa recibieron una llamada de la formación naranja para comunicarles que no podían mantenerse en la negociación.

La salida de Arrimadas del tablero supone la culminación, con éxito, de la operación emprendida por Pablo Iglesias desde septiembre para cegar esa vía y conducir a la coalición hacia el pacto con los socios de investidura como única opción. Unidas Podemos se ha esforzado desde entonces en normalizar la negociación con EH Bildu y también a encauzarla con ERC para consolidar una mayoría que ya comenzó a cristalizar en las primeras fases de la tramitación parlamentaria de las cuentas. «Hoy no acaba todo, hoy empieza todo», declaró el diputado de Bildu Oskar Matute durante el debate de enmiendas a la totalidad. Las bases de Bildu ratificaron ayer con un 91,5% de los votos apoyar los Presupuestos.

Más allá de las enmiendas

La lista de cesiones a los independentistas no es menor. Tanto en el plano económico, como en cuestiones que exceden al terreno presupuestario y que el Gobierno seguirá desarrollando de ahora en adelante. Bildu ha recibido vía libre a enmiendas con partidas por valor de 67 millones de euros para financiar el sector aeronáutico y para modernizar infraestructuras ferroviarias no sólo para el País Vasco sino también para Navarra. Pero además ha renovado el compromiso para completar las transferencias de competencias al País Vasco, mantener el flujo de acercamiento de presos etarras a las cárceles vascas y la reforma del Código Penal para rebajar las penas de los líderes independentistas presos.

El sí de ERC llega tras haberse garantizado 2.339 millones para Cataluña, que se acompañan de un paquete de cesiones en la política económica, como el levantamiento del control que Hacienda ejercía sobre sus gastos y que controlaba que no se desviaran fondos de la caja común a fines independentistas. También está el cambio de manos de la gestión del nuevo Ingreso Mínimo Vital, clave políticamente, y que hasta el momento solo ostentan País Vasco y Navarra por su condición foral. O la creación de un comité bilateral para estudiar una reforma fiscal que ponga fin, según Rufián, «al paraíso fiscal que la derecha se ha montado en Madrid».

El PNV, como socio «prioritario» del Gobierno, fue el primero en dar su apoyo a los Presupuestos, tras una negociación «a uña de caballo», según el portavoz, Aitor Esteban , que le ha permitido incluir al menos la mitad de sus propuestas y el 75 por ciento de sus reclamos en términos de montante económico. En su haber está también el freno al aumento de la fiscalidad al diésel y la entrega del histórico cuartel de Loyola, mientras reclamos como un sillón en los órganos de dirección de la SEPI han quedado para la negociación paralela a los Presupuestos.

El texto ha nacido además entre fuertes críticas de la oposición por lo que han llamado el «rodillo» del Ejecutivo , que ha vetado más de cien enmiendas argumentando su impacto en ingresos o gastos, lo que automáticamente cercenó su debate. Se quedaron fuera, así todas las propuestas de bajadas de impuestos planteadas por los populares pese a que sí se permitieron otras que los letrados habían considerado anticonstitucionales.

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