El Gobierno arranca su curso político más complicado

Con el inicio del curso político en Septiembre, arranca el verdadero desafío en la hasta ahora breve legislatura del gobierno socialista. Durante tres meses ha tirado del decreto ley. Ahora tendrá que pasar el filtro del Congreso, que ya este jueves, deberá convalidar o no la mayoría de ellos. Al PSOE le toca remangarse y negociar. Los socialistas no tienen garantizado el respaldo que consiguieron en la moción de censura. Así que podría quedar en nada su decreto de sanidad universal para los inmigrantes o el de reformas contra la violencia machista que incluye polémicos apartados como que los servicios sociales otorguen a una mujer la condición de víctima sin necesidad de denuncia. Sí parece garantizada la exhumación de los restos de Francisco Franco ya que tanto PP como Ciudadanos han anunciado que se van a abstener. Pero además de decretos Sánchez también tienen otros retos por delante. El mayor de ellos, el de los presupuestos para 2019. El sábado en presidente en una charla informal con la prensa a la vuelta de su gira iberoamericana se mostró optimista. Su idea es cerrar un acuerdo con Podemos en lo sustancial y después ampliarlos. Aunque la subida de impuestos a las rentas altas y al capital que pide Iglesias dividen a sus aliados parlamentarios. Los contactos con Pablo Iglesias ha sido continuos y hay sintonía. El líder de la formación morada, retirado de la primera línea política en julio por el nacimiento prematuro de sus gemelos,  retoma el lunes su actividad política. El otro gran desafío: Cataluña. Está a la vuelta de la esquina la celebración de la Díada y la conmemoración del 1-O. El Gobierno cree que la situación está mejor que hace un año e insiste en la importancia de tener gestos como el anuncio de que habrá un Consejo de Ministros en Barcelona o el encuentro con Torra en el Palau de la Generalitat previsto para otoño. Aunque Sánchez ha  advertido que no tolerará la vuelta a unilateralidad. Todo en un curso político con el horizonte de las proximas elecciones municipales y autonómicas y con la incertumbre de cuándo se producirán las generales. El presidente insiste, su intención es acabar la legislatura.