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Gendarmes y Mossos despejan La Junquera y detienen a una veintena de secesionistas

Los activistas trasladaron el corte a Gerona y bloquearon los accesos a Barcelona

Emili Puig
Jesús Hierro

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Cada Estado tiene su propia cultura policial para afrontar los desórdenes públicos. A veces, lo que en unos países es uno de los últimos recursos para atajar a los violentos, en otros es la primera herramienta de la que echar mano antes de que las ... cosas empiecen a torcerse. Ocurre con el gas pimienta, lanzado a primera hora de ayer por los antidisturbios de la Gendarmería sobre la manifestación independentista que pretendía mantener tres días bloqueada la principal vía de comunicación entre España y Francia. El gas contribuyó de forma decisiva a que el operativo de la Policía francesa, Mossos d’Esquadra y Guardia Civil desalojase la autopista AP-7 en El Pertús (Francia) ocupada por activistas de Tsunami Democràtic. Lo hicieron en tres horas y sin apenas echar mano de sus defensas. En cambio, en España, y sobre todo en Cataluña, donde el gas tiene mala prensa entre muchos sectores, la Policía suele reservarlo para momentos críticos, priorizando las cargas sobre los manifestantes.

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