Fotos reales. Treinta años no es nada
«La belleza no depende del paso del tiempo sino de nuestra mirada» sostiene Dany Virgili, el fotógrafo elegido por los Reyes para actualizar sus imágenes oficiales. En un día casi primaveral, Don Juan
«La belleza no depende del paso del tiempo sino de nuestra mirada» sostiene Dany Virgili, el fotógrafo elegido por los Reyes para actualizar sus imágenes oficiales. En un día casi primaveral, Don Juan Carlos y Doña Sofía posaron en las escalinatas del Palacio Real ... y en la Zarzuela para las últimas instantáneas de una serie de seis de este retratista que se declara admirador de Revello de Toro y autor de otras fotos de Don Juan Carlos y de deportistas como Ballesteros y Butragueño. Estas imágenes sustituyen a las que Schommer les ha hecho a lo largo de su Reinado. También a las que captó Sylvia Polakov de la Reina, especialmente bellas. Si España, como usted y yo, tuviera un álbum familiar, estas fotos ocuparían un sitio de honor. Y a ellas recurriríamos para apreciar, como hacemos con nosotros mismos, la mutación vital de los retratados, que en este caso no es distinta a la de nuestra Historia.
Años 70: unos jóvenes Reyes.
Los Reyes posan para Schommer cuando Don Juan Carlos acaba de ser coronado. Llevan poco más de diez años casados y son padres de tres niños pequeños. El Rey ya utiliza traje cruzado, obra del sastre que hoy sigue vistiéndole, y la Reina, fiel a su estilo, luce un modelo de seda, de tonalidad similar (de moda en la época) al que usó en la ceremonia de subida al trono. Su peinado, inalterable hoy salvo con algún retoque, se debe a una peluquera de toda la vida, de las que vienen a casa, y no a estilistas.
Años 90: madurez en el Trono
Cuando Schommer les retrata tienen todavía a sus tres hijos viviendo en Zarzuela. Don Juan Carlos viste un traje de calle, también cruzado, y está más delgado que dos décadas antes. Esta foto, que hasta ahora era la última oficial de Sus Majestades, muestra a Doña Sofía con un modelo de organza bicolor que volvería a utilizar el 6 de junio de 2005 en la cena de gala en honor del presidente lituano. Su peinado tiene mayor volumen y el maquillaje es más cálido y natural, estilo que ya no abandonará.
2007: abuelos felices
En el salón del palacio de La Zarzuela donde posó la Infanta Leonor recién nacida, Don Juan Carlos y Doña Sofía son captados por Virgili para ilustrar las innumerables informaciones que protagonizarán en los próximos años. Esta instantánea (junto a las que el retratista les ha hecho vestidos de gala con sendas bandas de Carlos III) muestra a unos Reyes a punto de abandonar la sesentena y ya felices abuelos. Doña Sofía aparece sentada con un vestido de gasa «degradée» que recorre las tonalidades del gris al malva, muy de su gusto, puesto que lo ha repetido en otras dos ocasiones: la primera, en la boda de la hija de José María Aznar, en El Escorial, adonde acudió junto al Rey; la segunda, más reciente, en el enlace de un hermano de Abdalá de Jordania, celebrado en Amman. Como entonces, la Soberana maquilla su rostro de manera natural, lo que permite resaltar el azul de sus ojos y subrayar sus labios con un tenue brillo muy actual. Tocada con un aderezo de joyas semipreciosas de colores (y con pendientes largos a los que, sin embargo, no es muy aficionada), Su Majestad disfruta de la misma silueta que cuando tenía treinta años menos, probablemente fruto de la genética y de una dieta estricta, sin concesiones a las tentaciones culinarias de los actos oficiales, y en la que no está presente la carne. Como al Rey (que no abandona el sastre gris marengo cruzado), también el deporte le ha permitido conservar la forma y mantener una espléndida madurez que recuerda a tantos abuelos españoles que más parecen padres tardíos. Don Juan Carlos sólo se permite aliviar su traje con el color de la corbata, normalmente en tonos atrevidos, aunque en esta ocasión marcada por suaves reflejos malvas, en sintonía con el «degradée» del traje de la Reina. Ambos proyectan una imagen moderna y distendida, por la que cualquiera diría que ha pasado el huracán del cambio de siglo.
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