España y Marruecos empiezan a estudiar el enclave geográfico de la nueva aduana de Ceuta

Sin embargo, el Gobierno marroquí nunca llegó a admitir en público que se hubiera alcanzado ese compromiso. Es más; el pasado jueves, el director general de Aduanas rebajó el optimismo en una entrevista en las que explicaba que no se daban las «condiciones geográficas» para construir una instalación de este tipo y que el tema «no estaba de actualidad». Es cierto que luego matizó su mensaje, pero vistos los antecedentes con Rabat había ciertos recelos por parte de algunos sectores del Ejecutivo.

En este asunto hay una cuestión de fondo, no menor. Si Marruecos acepta la construcción de las aduanas podría entenderse como el reconocimiento de la soberanía española sobre Ceuta y Melilla, lo que obviamente es una línea roja para Rabat, que considera a las dos ciudades autónomas parte de su territorio.

Ayer, directores generales de los ministerios de Exteriores, Interior y Hacienda –los tres directamente concernidos por la reapertura plena de las fronteras con Marruecos– se reunieron en Madrid con una delegación de ese país para perfilar los flecos de esta operación, después de que el 17 de mayo se abrieran los pasos para residentes de la Unión Europea y con permiso para circular en Schengen y que el 31 se ampliara esa medida a los trabajadores transfronterizos .

Fuentes consultadas por ABC explicaron que el encuentro, de cuatro horas, sirvió para hacer algunos avances significativos en cuanto a las aduanas; el más importante, que por primera vez comenzó a discutirse, versó sobre el emplazamiento de la de Ceuta, una decisión que resulta complicada por la orografía de la ciudad autónoma. Que se haya producido ya un planteamiento de este tipo es un indicio, según las mismas fuentes, de que «las cuestiones más problemáticas avanzan poco a poco», aunque aún queda un considerable camino por recorrer.

Prueba de ello es que la próxima semana se producirá una nueva reunión , esta vez en Rabat, a la que asistirán responsables de Aduanas de nuestro país y sus colegas marroquíes para continuar analizando las «cuestiones técnicas» y llegar a acuerdos que puedan culminar el proceso cuanto antes.

Fuentes de Exteriores, por su parte, explicaron que «todos los puntos de la hoja de ruta acordada el pasado 7 de abril se siguen desarrollando y los grupos de trabajo reuniéndose con el objetivo de resolver los aspectos prácticos» del problema. Las mismas fuentes destacaron en este mismo sentido que continúa el proceso de plena normalización de las relaciones en un marco de «buena vecindad».

La reunión de las dos delegaciones se produce solo 24 horas antes de la comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso para explicar la nueva postura española sobre el Sahara , en un pleno que se prevé complicado para él ya que es probable que quede en evidencia la soledad de la parte socialista del Gobierno en un asunto tan sensible para España. Y es que los aliados del Ejecutivo cuestionan tanto la decisión que se tomó, como la forma en que se hizo.

Hay un dato que explica el ambiente con el que se va a encontrar Sánchez: su comparecencia fue pedida por el PP y salió adelante en la junta de portavoces gracias al apoyo del resto de grupos, salvo el socialista.