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La escuela catalana prepara su «marea verde» contra la aplicación del 155

Padres, docentes y sindicatos anuncian que no acatarán las órdenes del Gobierno

Un cartel colocado en un instituto catalán ABC

ESTHER ARMORA

El «hard core» del nacionalismo catalán lleva años guardado celosamente en las aulas. Desde la aprobación, en 1993, de la Ley de Política Lingüística, la Generalitat ha propagado a través de la escuela su idea de «país», «catalanizando» la enseñanza a todos los niveles e impulsando el uso de la lengua como seña de identidad entre alumnos y profesores. Ahora, ante la amenaza de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, el sector se prepara para una «marea verde» como la que en Baleares luchó contra el trilingüismo que pretendió impulsar el anterior gobierno del PP.

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El sindicato mayoritario educativo, Ustec-Stes, ya ha manifestado su intención de no responder ante nuevos interlocutores . «Este sindicato no reconocerá como interlocutores válidos a aquellas personas que no sean representantes de la legitimidad popular», ha avanzado la central en un comunicado en el que hace un llamamiento «a la resistencia contra las imposiciones de un Estado que ya no puede considerarse como democrático».

En la misma línea se han expresado también varios directores de centros de secundaria, tal como avanzó el miércoles este diario. Un escenario de desobediencia que tuvo su avanzadilla en los encierros en las escuelas protagonizados por las familias para garantizar la apertura de los centros como sedes electorales el 1-0 . Fuentes políticas y sindicales consultadas por ABC dan por hecho que la comunidad educativa se prepara para una «marea verde» catalana. Su objetivo, como el de la campaña en Baleares, que logró frenar el decreto del PP, preservar el actual «estatu quo» educativo.

Responsables de institutos, escuelas de primaria y autoridades académicas han desenterrado el hacha de guerra. El Consejo de Estudiantes de las Universidades Catalanas (Ceucat), órgano de representación estudiantil en la administración catalana, ha advertido de que no reconocerá ninguna figura gubernamental que «no haya sido escogida democráticamente por el pueblo de Cataluña». La dirección de la Universidad de Barcelona (UB) emitió ayer un comunicado en el que subraya el compromiso del centro «con el autogobierno y las instituciones de Cataluña» y su rechazo a «cualquier acción que comporte una limitación de los derechos de los representantes escogidos democráticamente».

Universidades e institutos arrancaron ayer dos días de paro y movilizaciones, que culminarán hoy con una manifestación conjunta en el centro de Barcelona, con el objetivo de reivindicar el actual modelo de enseñanza y la autonomía universitaria. El primer día de paro en los campus coincidió con concentraciones convocadas por la comunidad educativa en las capitales de comarca bajo el lema: «No nos toquéis la educación». La consigna de preservar la lengua va más allá del proceso de inmersión lingüística , que impone el catalán como lengua hegemónica en la enseñanza. «No basta con que toda la enseñanza se haga en catalán, debemos recuperar el patio, el pasillo y el entorno», dijo en 2004 Josep Vallcorba, subdirector de Lengua y Cohesión Social del equipo del ex consejero, Ernest Maragall. Durante años ésta ha sido la consigna.

Apenas dos décadas antes, en 1990, trascendió a los medios un documento interno del Ejecutivo de Jordi Pujol , en el que se marcaban las bases para conseguir la nacionalización de Cataluña. Dos de los objetivos claves eran «impulsar el sentimiento nacional catalán de los profesores, padres y estudiantes» y «potenciar el uso del catalán» entre la comunidad educativa, y controlar el currículo. La consolidación de la inmersión y las denuncias por adoctrinamiento demuestran que se ha avanzado en ambas metas. Ante la lluvia, en estas últimas semanas, de acusaciones sobre incitación al odio en las escuelas, el Ministerio envió a la Generalitat dos requerimientos y le dio un plazo de respuesta -mañana vence el concedido para el primero-, advirtiéndole de posibles represalias legales si no responde.

Adoctrinamiento

En pleno auge independentista, y ante la posibilidad de que el Gobierno tome el control de la Enseñanza, la Generalitat y parte de la comunidad educativa han hecho frente común para «blindar» el modelo de enseñanza. La consejera Clara Ponsatí , salió hace unos días en defensa de la escuela catalana y anunció que tomará acciones legales contra aquellos que la ataquen. En la misma línea se expresaron después los exconsejeros de Enseñanza, Meritxell Ruiz, y Ernest Maragall.

Los sindicatos mayoritarios del sector (CC. OO. Ustec-Stes, UGT), las asociaciones de padres y las escuelas católicas concertadas también han levantado la voz a favor del actual modelo educativo y sus profesionales.En el otro frente: formaciones políticas como Cs y PPC; sindicatos como AMES, o entidades cívicas como Convivencia Cívica Catalana (CCC) o Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) se han mostrado abiertamente partidarios de que se «restablezca el orden» en los colegios. Las espadas están en alto en la comunidad educativa.

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