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EE.UU. intenta aplacar a Argelia para que no use el gas como respuesta a la entrega del Sahara

En su estrategia para perjudicar a Rusia, Biden dependen del combustible argelino

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken se reúne con el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune AFP
David Alandete

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Tras una gira que ha servido, entre otras cosas, para tratar de dar licitud al control de Marruecos sobre el Sahara Occidental, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, trató este miércoles de calmar los ánimos en Argelia, que se opone a ese movimiento. Blinken prometió públicamente a este país apoyo diplomático y refuerzo de lazos comerciales.

Es un equilibrio complejo para Washington, porque Argelia no es solo un viejo aliado de Moscú sino que, además, es el tercer proveedor de gas natural a Europa, por detrás de Rusia y Catar. Para la estrategia de EE.UU. de boicotear la energía producida en Rusia, tener a Argelia aplacada es crucial.

Así, en una última comparecencia en Argel, tras verse con el presidente Abdelmajid Tebboune y con el ministro de Exteriores, Ramtane Lamamra, el secretario de Estado norteamericano recordó que, a pesar de haber alabado el plan de autonomía marroquí para el Sahara Occidental, su Gobierno está a la vez «plenamente comprometido diplomáticamente, en apoyo de la ONU y junto con los socios internacionales, para reforzar un proceso político creíble que conduzca a una resolución duradera y digna».

Del comunicado oficial de EE.UU. sobre la visita de Blinken a Argelia se cayeron los adjetivos sobre el plan de autonomía del Sahara recogidos durante la visita a Marruecos y reproducidos por el Gobierno español en su misiva al rey Mohamed VI: «serio, creíble y realista». En sus declaraciones a la prensa, el jefe diplomático norteamericano dijo este miércoles que Argelia es «crucial para avanzar en la paz y la seguridad de la región», en referencia al Norte de África.

Días antes de la visita de Blinken, Argelia dijo que va revisar los acuerdos que mantiene con España por la carta de Pedro Sánchez aceptando también la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, tal y como informa El Correo. Chakib Kaid, secretario general de Exteriores argelino, dijo que no habrá consecuencias inmediatas en la venta de gas y petróleo, aunque no se pronunció sobre una prórroga en 2030 de los contratos vigentes.

La insatisfacción de Argelia con el alineamiento con Marruecos sobre el Sahara Occidental es patente. Quedó plasmada en la llamada a consultas de su embajador en Madrid tras la carta de Sánchez.

Aun así, EE.UU. está logrando unir a sus socios en ese reconocimiento. Recientemente, Israel, con quien Argelia no tiene relaciones diplomáticas, se sumaba a ese reconocimiento que han hecho EE.UU. y España. Por medio de su ministro de Exteriores, Yair Lapid, Israel ha dicho que se opone «a los intentos de debilitar la soberanía y la integridad territorial de Marruecos».

Blinken visitó en esta gira Israel, Marruecos y Argelia. Aun no ha estado en España en ejercicio del cargo.

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