Defensa admitió en marzo hackeos a los móviles de Campo y Laya en 2020
Bolaños ha insistido en que no le constan más ataques que los sufridos por Sánchez y Robles en 2021
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Iniciar sesiónEl Ministerio de Defensa reconoció el pasado 2 de marzo que los teléfonos móviles de los exministros Juan Carlos Campo (Justicia) y Arancha González Laya (Exteriores) fueron hackeados en agosto de 2020 . El diputado Jon Iñarritu de Bildu preguntó al Gobierno por ese ... ataque tras una información publicada en 'El Confidencial', y recibió una respuesta escrita en la que Defensa informaba de que «el resultado de las actuaciones realizadas, en relación con el incidente» habían sido trasladadas «a las autoridades pertinentes» para la adopción de «las medidas que, en su caso, consideren oportuno». Es decir, no solo se reconocía la existencia del ataque sino que el mismo había dado lugar a una investigación, y que todo ello había seguido un cauce que ya no se detallaba.
Sin embargo, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, no ofreció datos sobre este 'incidente' cuando el pasado martes se comprometió a informar con «total transparencia» durante una entrevista en la cadena Ser. En esa cita negó que el móvil de Laya hubiera sido atacado en 2021, calló sobre lo sucedido en 2020, y rechazó que hubiera pinchazos más allá de los denunciados el lunes en los teléfonos del jefe del Gobierno, Pedro Sánchez , y de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Sobre otros ataques, Bolaños insistió en que no le constaba ninguno. «Si en algún momento nos constara también lo haríamos público», aseveró, aferrándose a que el Centro Criptológico Nacional (adscrito al Centro Nacional de Inteligencia y dependiente de Robles) no ha hecho ningún otro informe.
Defensa no detalló qué «actuaciones» que se llevaron a cabo a raíz del hackeo de los móviles de Campo y Laya en agosto de 2020 ni si fue el Centro Criptográfico Nacional el que las implementó. Y cuando Iñarritu volvió a la carga el 7 de marzo preguntando si se habían producido más hackeos contra miembros del Gobierno, cuándo y contra quiénes, el Ejecutivo cambió de criterio y pasó a considerar el ataque como materia reservada en su totalidad.
Así, el 4 de abril, el Ejecutivo daba carpetazo al asunto respondiendo que «dada la clasificación de secreto que caracteriza legalmente a la información relacionada con las actividades del CNI» el «control parlamentario de las mismas debe recabarse» en la Comisión de control de los gastos reservados (en esa fecha, pendiente de constituir).
De esa versión se desprendería que la investigación del ataque fue derivada al CNI ya que el diputado vasco también preguntó sobre el resultado de las pesquisas, el 'software' utilizado en el hackeo, la denuncia de los ataques o la existencia de procedimientos penales, entre otras cuestiones. Y ninguna de ellas obtuvo respuesta. Todas las contestaciones a los diputados se remiten desde la secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes, dependiente de Presidencia. Pero entre las dos respuestas que recibió Iñarritu hay otra diferencia más: la primera cita a Defensa como fuente de la información pero la segunda solo refiere la posición del Gobierno en genérico.
El choque entre Bolaños y Robles es patente desde principios de semana, después de que el ministro de la Presidencia decidiera cambiar de criterio y convocar una rueda de prensa urgente en la que anunció el espionaje sufrido por Sánchez y la ministra de Defensa. Al hacerlo, facilitó información relacionada con las actividades del CNI y provocó que la búsqueda de responsables se centrara en este organismo. Por detrás, Presidencia señaló como culpable al Centro Criptológico Nacional, cuando la seguridad de las comunicaciones del jefe del Gobierno recaía en Bolaños cuando sucedieron los hechos.
Medidas que llegan tarde
Robles no se arrugó e intentó devolver el golpe este miércoles, cuando La Moncloa ya contemplaba como opción cesar a la directora del CNI, Paz Esteban, para cerrar la crisis. En una larga intervención ante el Congreso, la ministra defendió de forma cerrada tanto a Esteban como al propio Centro de Inteligencia, devolviendo así la responsabilidad a Bolaños. Tras escucharlo, el ministro de Presidencia telefoneó a Robles para intentar rebajar la tensión. «Le trasladé todo mi apoyo, toda mi solidaridad y todo mi afecto» , aseguró ayer. Además, subrayó que «el Gobierno en su conjunto» trabaja para esclarecer los hechos y no abrió la puerta a ceses como sí hizo la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, el martes. Solo habló de «tomar medidas» para que los móviles del Gobierno no vuelven a sufrir ataques. Algo que ya se debía haber empezado a hacer en agosto de 2020.
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