A Ceuta y Melilla en barca «toy»

Cientos de inmigrantes subsaharianos aguardan en la frontera marroquí para lanzarse al mar y llegar a España

A Ceuta y Melilla en barca «toy» E. V.

esteban villarejo

05/08/2011
Actualizado a las 10:26h.

En neumática a motor, barca hinchable, con flotadores, manguitos o colchoneta. Da igual. El objetivo para los centenares de subsaharianos que aguardan en los bosques marroquíes estos días de verano es el mismo: traspasar la frontera con Ceuta y Melilla, la linde más desigual del ... mundo en cuanto a renta per cápita, con la salvedad de Arabia Saudí-Yemen. «Sigue siendo el sueño, como sea. No sé si hay crisis», cuenta a ABC Basil Udi, un indocumentado de Gambia que ya consiguió entrar en España.

Y si las condiciones meteorológicas acompañan y los policías marroquíes hacen la vista gorda, el goteo se hace incesante, hasta el punto de que este verano se ha convertido en el de mayor afluencia de inmigrantes ilegales desde 2005 a las ciudades autónomas. La madrugada de ayer once nuevos «sin papeles» fueron interceptados en las inmediaciones del puerto melillense —seis varones, tres mujeres (una embarazada) y dos menores de edad— cuando trataban de camuflarse en la bahía al tiempo que salía el ferry que partía a Málaga.

La Guardia Civil detectó la embarcación a las 0.40 horas en el mismo puerto, aprovechando la salida del ferry, algo que supone un grado de «profesionalización» e instrucción por parte de los inmigrantes subsaharianos que se exponen al albur de las mafias. Durante la madrugada pasada 18 inmigrantes i ntentaron llegar a las costas españolas de Melilla por la zona de Aguadú a través de dos embarcaciones «hinchables» de juguete, conocidas en el argot popular como barcas «toy». Esta vez la Gendarmería marroquí sí las interceptó a tiempo.

La presión migratoria tampoco cesa en Ceuta, donde en las últimas horas han llegado seis inmigrantes subsaharianos que ingresaron ayer en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). En esta dependencia del Ministerio de Trabajo e Inmigración, su director, Carlos Bengoechea, explica a ABC que «es difícil valorar cuán grande es el repunte de este verano». Aclara que el hecho de que el CETI de Ceuta albergue estos días a 630 inmigrantes cuando su capacidad es de 512 no impide su normal funcionamiento.

En estos centros los «sin papeles» recién llegados reciben ropa, asistencia sanitaria, lecciones de español, comida y alojamiento, entre otros servicios de integración, a la espera de que se resuelvan sus demandas de asilo, algo que a la gran mayoría se les deniega. «Muchos ni saben leer» , explica la profesora Teresa mientras enseña el alfabeto o la conjugación del presente del verbo «tener» y «sudar».

Costa de Marfil, Camerún, Senegal o Gambia son las principales nacionalidades de esta nueva ola de inmigrantes que utilizan las barcas «toy» ya que el acceso por las vallas de Ceuta y Melilla es «misión imposible» después de que España las reforzara y doblara su altura de los 3 a los 6 metros.

Un barco de Estambul

«También se ha detectado la llegada de algún inmigrante somalí y sirio. Este último explicó que cogió un barco mercante que une Estambul con Casablanca y que el mismo barco le dejó con una embarcación hinchable a la altura de Ceuta», explica Bengoechea. Pero la odisea no acaba en Ceuta y Melilla. «Queremos ir a la "rock"», explica uno de los inmigrantes recién llegados que cuelga su ropa limpia en la valla que protege el CETI del exterior. Allí está entre nubes. Como el marroquí que se metió en la bolsa de deportes en un vehículo familiar rumbo a la península desde Melilla . Un guardia civil comprobó que algo se movía. En su interior había una persona «completamente contorsionada» que tuvo que ser ayudada para salir. Para todos ellos el destino final es la Península.