Cayetana Álvarez de Toledo y Dolors Montserrat, choque frontal en Cataluña

La historia podría quedar ahí: decepción para una, victoria para otra. Pero en realidad esta batalla ha sido la comidilla de los populares desde el viernes. Todos recuerdan el choque frontal que se produjo entre ellas años atrás de forma pública y sin tapujos, a propósito de la política del Gobierno de Rajoy ante el desafío separatista, y en concreto tras el simulacro de referéndum que organizó Artur Mas en noviembre de 2014.

Cayetana Álvarez de Toledo, entonces diputada del PP, pero muy crítica con Rajoy y Santamaría , confesó que se había sentido «profundamente desamparada» por parte del Gobierno de la Nación, tras comprobar, como el resto de los españoles, que la consulta ilegal, o su simulacro, se había llevado a cabo, ante el «silencio» del Ejecutivo.

Dolors Montserrat, que en 2014 era vicesecretaria de Organización del Partido Popular de Cataluña y vicepresidenta tercera del Congreso, contestó a la diputada que quienes tienen legitimidad para hablar del PP en Cataluña son los populares catalanes. Y punto. Montserrat arremetió así contra Álvarez de Toledo: «Quienes tenemos legitimidad para hablar somos los catalanes». «Se tiene que entender Cataluña desde dentro de Cataluña y quienes tenemos legitimidad para hablar somos los catalanes y en el caso concreto del PP, el que está legitimado para hablar del PP de Cataluña es Alicia Sánchez Camacho, el presidente Rajoy y María Dolores de Cospedal y nadie más, porque son ellos los que están manteniendo contacto directo», aseguró.

«Yo le diría a Cayetana que es muy fácil sentirse desamparada fuera de Cataluña, pero lo difícil es ser del PP en Cataluña y dar la cara cada día», continuó Montserrat.

Fue un aguijonazo que nadie ha olvidado. Tampoco Álvarez de Toledo, quien ayer, en su presentación pública como número uno por Barcelona, reivindicó su derecho, sin ser catalana, a defender a España y al PP desde ese puesto. Denunció, además, que el desafío separatista consiste, en realidad, en un « gigantesco proyecto de extranjería » que apuesta por la «xenofobia y la intolerancia».

El choque no está olvidado, y muchos ven impensable que ahora puedan coincidir en el Congreso tras la decisión de Casado. « Dolors será bien tratada », se limitaron a decir ayer en Génova sobre el futuro de la catalana.