Del califa al peregrino
Del Obradoiro a la Giralda, Feijóo quiere un partido fuerte, liberal, abierto
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Iniciar sesiónArriesgó Feijóo al llamar «califa» a Juanma Moreno, porque desde el resto de España se entiende muy bien la intención laudatoria, pero en Andalucía se considera un apelativo cordobés que no le encaja bien a un tipo de Málaga que, además, y según dicen los ... entendidos de la cosa andaluza, cada vez está más ‘asevillanizado’ –signifique este palabro lo que signifique, si es que significa algo–, porque en este nuevo Partido Popular cotiza al alza lo de la España diversa y plural, hasta el punto de que el nuevo presidente se definió a sí mismo como el «peregrino», que en términos de percepción social es en Galicia tan importante como califa en Córdoba o chulapo en Madrid, pero en humilde, así que Feijóo quiso recurrir a lo local para revelar lo general, que viene a ser que este PP se construye sobre la conjunción de un califa y un peregrino en un eje que empieza en san Caetano y acaba en san Telmo o empieza en el Obradorio y acaba en la Giralda, o al revés, porque el ya presidente del PP y líder de la oposición aspira a ser la alternativa al sanchismo desde un partido fuerte, abierto, moderado, liberal y conservador, constitucionalista, autonomista, nacional, defensor del libre mercado y de la empresa y que no ataca a los sindicatos por existir sino por no hacer bien su trabajo, ya sea en las fábricas de Martorell, en las de Valladolid o haciendo seguidismo del Gobierno, un partido presidido por una persona que tiene la capacidad de dudar –que los clásicos consideran la antesala de la inteligencia y del éxito–, que ofrece la certidumbre de una trayectoria política larga y estable y que a la vez que quiere cuadrar las cuentas públicas de un modo ordenado y racional tiene la capacidad de emocionarse cuando escucha el himno nacional, que cree que el Rey es el primero de los españoles porque cumple una función esencial para la estabilidad del sistema y que considera que gastar y gestionar no son sinónimos, como no lo son califa y peregrino, dos palabras que él empleó en su primer discurso como presidente para revelar una convicción autonomista que no choca con la unidad nacional, porque cuando el presidente Feijóo acudió a la sala de prensa a saludar a los informadores y se encontró a este humilde plumilla no le saludó por su nombre, sino por su origen -«hombre, asturiano» -, y como todo el mundo sabe Asturias es España y lo demás, tierra conquistada.
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