Hazte premium Hazte premium

Dos de cada tres inmigrantes que entran a la UE ya lo hacen a través de España

Interceptados en enero 4.031 irregulares, un 84% más que en igual mes de 2018

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El peso de la inmigración africana que va camino a Europa se vuelca hacia la ruta española. Los datos al cierre del primer mes de este año que maneja la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas son que 4.031 personas han conseguido entrar en nuestro país al margen de la legalidad , lo que supone un 64,4% del total de los 6.250 accesos irregulares que se han detectado en toda la Unión a través del Mediterráneo y las fronteras de Ceuta y Melilla, una proporción desbocada que refleja que dos de cada tres de estas intrusiones se hacen por fronteras españolas, cuando en el ejercicio pasado se fluctuó en torno al 50 por ciento.

En términos interanuales, estos datos del recién terminado enero demuestran que la aceleración de la presión migratoria constatada en 2018 –año en que el número de entradas creció un 131% en términos absolutos– no decae: las 4.031 entradas son un 184% más que las contabilizadas en el mismo periodo de 2018 y un 205,3% superiores si nos trasladamos al primer mes de 2017.

Italia, un 95,2% menos

Las cifras, en resumen, certifican que España se consolida como la puerta principal de entrada de la inmigración a Europa , también si se pone en contexto con los otros dos grandes focos de atracción en el Mediterráneo, Grecia e Italia, que juntas han registrado este mes menos interceptaciones que nuestro país, como viene sucediendo desde julio. En concreto, las autoridades helenas han computado 1.839 llegadas (un 7,1% menos que en 2018), mientras que en Italia, las restricciones impuestas por su ministro del Interior , Matteo Salvini, se han traducido en que en sus puertos solo hayan desembarcado a lo largo de este enero a 202 personas , el 4,8% de las 4.182 recibidas en el mismo periodo del pasado año.

El cierre impuesto por el Gobierno de Roma a quienes son rescatados en el Mediterráneo central entre las costas italianas y las de Libia no ha tenido todavía una reacción de Bruselas a efectos prácticos. Sin embargo, es uno de los factores que ha contribuido abalanzar en dirección a España vía Marruecos los flujos migratorios que cruzan a Europa.

Ante ello, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha ocupado en los meses transcurridos desde su toma de posesión de reclamar activamente fondos europeos que a su vez demanda Rabat para afianzar su colaboración a la hora de contener la inmigración irregular. Pero no dejan de planear las sombras sobre la lealtad del país vecino cuando este verano se han documentado varias veces un millar de incursiones en menos de 24 horas, si bien hay que contar también con las cifras oficiales del Reino alauí. De acuerdo con ellas, en 2018 sus unidades a flote frenaron a cerca de 89.000 personas que pretendían partir rumbo al litoral español , un 37% más que el año anterior.

La política frente a esta oleada ha sido hasta ahora reordenar la recepción de los barcos de rescate en cuatro puertos de referencia: Algeciras, Motril, Málaga y Almería. El siguiente paso será frenar la salida de pateras desde Marruecos , para lo que el mando único operativo en el Estrecho ha planteado que sean la gendarmería y Marina del país vecino los que se ocupen del salvamento marítimo, lo que presumiblemente induciría a los inmigrantes a desistir de cruzar el Mediterráneo.

La «no» valla de Marruecos

Desde que el Gobierno del PSOE aceptó en junio recibir en Valencia el buque humanitario Aquarius procedente de aguas internacionales entre Italia y Libia con 630 africanos a bordo, el propio Ejecutivo también ha adoptado decisiones en materia migratoria con las que parece haber querido revertir el efecto llamada que provocó la acogida del barco. Entre ellas, las devoluciones –convenientemente publicitadas desde el Ministerio del Interior– de grupos de inmigrantes a Marruecos que habían saltado la valla de Ceuta o llegado a islotes españoles, o el más reciente bloqueo en Barcelona del «Open Arms» , embarcación de rescate de inmigrantes con bandera española que también operaba en aguas libias.

No obstante, a pesar de esos gestos que habrían lanzado señales disuasorias a las mafias y a los propios inmigrantes , Pedro Sánchez ha retomado con fuerza en el comienzo de este año uno de los mensajes que, presumiblemente, más habría estimulado el tráfico humano irregular por el Mediterráneo: la supresión de las concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla.

Ya está adoptada en Consejo de Ministros la decisión de retirarlas parcialmente por tramos a partir de febrero, a la vez que se implementa un refuerzo del sistema de vigilancia y control, particularmente en sensores y circuito cerrado de televisión. Esta última semana, varios medios en España han publicado informaciones acompañadas de fotografías engañosas en las que se decía que, paralelamente, Rabat está levantando en su territorio una alambrada coronada por alambre de cuchillas idéntico al que España está eliminando. «Marruecos ni está levantando una valla ni la va a levantar», zanjaron desde el Ministerio del Interior , donde explicaron que lo que se ve en las imágenes es el cercado perimetral de un cuartel alauí.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación