Los barones socialistas respaldan el cierre de filas con el Gobierno del PP

Ese es el resumen de la reunión que cinco de los siete presidentes autonómicos -todos menos el valenciano, Ximo Puig , y la balear, Francina Armengol , por problemas de agenda- mantuvieron hoy en la sede de Ferraz con su secretario general.

Hizo de portavoz al final de la misma el presidente asturiano, Javier Fernández , para resaltar no solo el «apoyo unánime» a Sánchez, sino el respaldo explícito al Ejecutivo de Mariano Rajoy «en un momento tan difícil como éste sobre la crisis en Cataluña» .

El mandatario asturiano rehusó pronunciarse sobre la posible aplicación del artículo 155 de la Constitución, que prevé la suspensión de la autonomía, y se remitió a las palabras del propio Sánchez, que ha hablado de «proporcionalidad» .

No obstante, los presidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara , y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page , admitieron que la situación en Cataluña ha llegado tan lejos que ya no es descartable nada aunque García-Page puntualizó que, antes de llegar a esa «medida extrema», hay «muchos pasos que dar» . Fernández Vara añadió que el 155 ofrece «toda una gama de posibilidades» para actuar que «ya se irá viendo en función de cómo vayan los acontecimientos» .

Horas antes, en Granada, la presidenta andaluza, Susana Díaz -al llegar a Ferraz no quiso hacer declaraciones-, dijo que «en este momento clave para la democracia», hay que hacer una «defensa firme» de la Constitución y frente a quienes puedan estar pensando en salidas especiales para Cataluña, Andalucía «tiene que volver a hacer valer su voz y posición en la defensa de una España unida que defienda la convivencia en igualdad de los españoles».

El más duro fue el presidente de Aragón, Javier Lambán , quien advirtió que su Gobierno se opondrá «radicalmente por todas las vías jurídicas y políticas» a cualquier «hecho o intención» que desde el independentismo catalán «trate de alterar la integridad territorial aragonesa» , en alusión a la franja oriental.

Pedro Sánchez no hizo declaraciones al término de esa reunión pero, por la mañana, ya había dejado claro que quiere «tender la mano» a los catalanes para construir un futuro de convivencia. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta , presente en la cita, sí intentó rebajar los ánimos porque prefiere no hablar de suspender la autonomía hasta que haya «desviación grave de la legalidad» .