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El apestado de Bruselas

Si Puigdemont con su fuga abandonó a su gobierno, a su partido y a su pueblo, ahora es él quien está siendo abandonado y a todo el mundo incomoda su voluntad de presentarse a las elecciones de diciembre

El expresidente catalán, en una comparecencia en Bruselas Reuters
Salvador Sostres

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Carles Puigdemont empieza a ser la tieta de Serrat , a «la que ningú no vol si un bon dia pren mal». Y mientras desde Bruselas intenta reivindicarse como el legítimo presidente de la Generalitat –y no de la república catalana que él mismo ... declaró, por lo visto simbólicamente, según admitió ayer Carme Forcadell–, desde Barcelona se le ve cada vez más como a un pobre chiflado que quema sus días dando de comer a las palomas de la Grand Place.

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