El reo que negoció con los piratas del «Alakrana» dice que pertenecían a Al Qaida

Ante el tribunal presidido por la magistrada Ángela Murillo , el preso, camerunés con nacionalidad española y que cumple condena por un delito de tráfico de drogas, ha explicado que fue elegido para esta misión por su conocimiento de la lengua somalí y que mantenía contacto con el presunto pirata Raageggesey Hassan Aji ya que el otro detenido se encontraba encarcelado en el centro de Alcalá Meco .

Según dijo, los piratas hablaban de «10 millones de euros», de los cuales «una parte» iría dirigida a la familia de Raageggesey Hassan Aji y de Cabdullahi Cabduwily, alias «Abdu Willy» . En el banquillo de los acusados permanecían sentados los dos presuntos piratas Cabdullahi Cabduwily, alias «Abdu Willy», y Raageggesey Hassan Aji, que se enfrentan a sendas penas de 220 años de cárcel por 36 delitos de detención ilegal -6 años por cada uno de los marineros- y robo con violencia y uso de armas, que está tipificado con 4 años más.

Las acusaciones particulares de cuatro marineros acusan además a los presuntos piratas de un delito de asociación ilícita.

El testigo ha indicado que el director de la prisión, Andrés Gonzalo, le encargó ganarse la confianza de los piratas , algo que él aceptó por motivos «humanitarios», consciente de que el objetivo principal era «salvar la vida de los españoles».

Según ha señalado, el «coronel» del grupo «Elías» o «Ilyas» confió en él «como africano» y en primer lugar se quiso asegurar de que los dos detenidos se encontraban «vivos». «Se llegó al acuerdo de que se entregarían 10 millones de euros para el rescate del barco y de la tripulación y de que ellos -los detenidos- fueran entregados a Nairobi (Kenia)», ha añadido.

Tras indicar que la piratería en aguas de Somalia está controlada por «El Shabad» , que «pertenece a Al Qaida», el testigo J. C. ha relatado que Raageggesey «quería morirse» cuando entró en la cárcel madrileña ya que pensaba que su vida corría peligro en España. «Tú no vas a morir», le dijo, para explicarle que «en España se condena pero no se mata».

El interno, que llegó a la Sala de vistas esposado, ha indicado que emplazó a los piratas a que proporcionaran agua a los 36 secuestrados. «No son americanos, no son franceses, sólo son trabajadores españoles», les dijo.

En la vista también han comparecido por videoconferencia el capitán de la fragata «Canarias » y varios policías que custodiaron a los detenidos así como tres marineros, que han reconocido a los acusados como parte de los secuestradores y han añadido que iban armados.

Según han dicho, los captores amenazaron a los tripulantes con «cortarles el cuello» y en algún momento les hicieron pensar que «iban a pegar un tiro» a alguno de los marineros.

Así se ha expresado el primer oficial del buque apresado que ha asegurado que los dos procesados «estuvieron en el abordaje» del «Alakrana» y que tras su detención por parte de la fragata «Canarias» se acentuó la violencia proferida contra los marineros. «En ese momento pesábamos que a alguno le iban a pegar un tiro. Estaban muy nerviosos», ha indicado, para agregar que en otros momentos los asaltantes les llegaban a hacer gestos de «cortarles la cabeza».

El marinero ha explicado que presenció una avioneta sobrevolando en dos ocasiones el atunero y lanzando dos cápsulas, si bien ha manifestado desconocer si éstas contenían dinero para un posible rescate. Tras permanecer 47 días secuestrado , ha remarcado que ha sufrido ansiedad y que ha tenido «miedo de volver a la mar» .

Tras él, ha tomado la palabra el oficial de máquinas del atunero que también ha reconocido a los dos acusados como parte del grupo pirata, momento en el que el abogado de los dos acusados Andrea Chalaris ha expresado su protesta al entender que el reconocimiento ha sido inducido. Durante su intervención, el tripulante ha manifestado que «había días que los piratas estaban más agresivos y otros en los que amenazaban con materles».

Asimismo, el cocinero del barco secuestrado ha acudido a declarar ante la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal. Tras reconocer a los dos acusados, ha precisado que «Abdu Willy» le custodió en todo momento armado con un revólver y que éste mantenía «un trato muy amigable» con los dos líderes del grupo de secuestradores.

En un momento dado, los marineros han indicado que los asaltantes querían «darles de comer cabra». Cuando la defensa ha preguntado si este animal es comestible, la juez ha respondido: «esa pregunta es obvia, ¿usted nunca ha comido cabrito? ». Durante la sesión, el tribunal ha tenido que desplazarse de Sala y acudir a la que se celebraba el último juicio pendiente de los GAL -en ese momento se encontraba en un receso- ya que ésta disponía de los medios técnicos oportunos para escuchar la videoconferencia de Ignacio Frutos , capitán de la fragata «Canarias» en el momento del asalto al «Alakrana» .

El testigo ha resaltado que el Estado Mayor del Mando de Operaciones le ordenó detener a los dos acusados y que se tomó fotografías del esquife en el que éstos navegaban para proceder a su destrucción. «No tuve contacto con el Gobierno ni con las autoridades de Somalia», ha añadido.

Finalmente, la acusación particular de dos marineros ha expresado que no renuncia a la declaración del armador, quien se encuentra en Madagascar y ha alegado «hundimiento psicológico» para ausentarse del juicio, el cual proseguirá este martes con la prueba pericial.