Los PGE afrontarán su primera prueba de fuego el 26 de abril con la votación de las enmiendas de totalidad

El PP confía en que el grupo vasco intente ganar tiempo hasta el último minuto a la espera de que en Cataluña se forme un nuevo gobierno que permita a Moncloa levantar el artículo 155. Pero que si para el día 26 de abril cuando se producirá la votación de las enmiendas de totalidad, aunque no hubiera nuevo responsable al frente de la Generalitat , el grupo vasco rechazará las enmiendas de totalidad ya que son iniciativa de la oposición y no del Gobierno. «Rechazar las enmiendas de totalidad no presupone negociación», insisten fuentes del PP, aun reconociendo el elevado nivel de incertidumbre que rodea a las nuevas cuentas.

Tanto es así que en el grupo popular han contemplado como posibilidad que se pueda retirar el proyecto antes del Pleno de totalidad, para evitar la derrota del Gobierno. Si el texto decae antes de la votación, el Ejecutivo puede volver a presentarlo cuando quiera después, y una vez haya escampado el horizonte político en Cataluña.

Aún en el caso de que las cuentas fueran rechazadas por la Cámara el próximo 26 mes de abril, señalan fuentes parlamentarias, el Gobierno podría volver a presentar un proyecto presupuestario modificado. En todo caso, si no hay acuerdo este mes, las cuentas del año pasado seguirían estando prorrogadas, y el golpe político que recibiría el Gobierno sería enorme.

En el caso de que los Presupuestos lograran pasar esa primera prueba, los siguientes exámenes tendrán lugar antes de que acabe el plazo para elegir a un nuevo presidente de la Generalitat (el 22 de mayo). Tras el debate de enmiendas de totalidad, los grupos tendrán hasta el 11 de mayo para aprobar el informe de la Ponencia, lo que ya implica una negociación previa con el PNV.

A continuación dispondrán hasta el 18 de mayo para aprobar el dictamen de la comisión, por secciones. El sometimiento de este dictamen al Pleno está previsto para los días del 21 al 24 de mayo. Si las cuentas llegaran a superar todos estos obstáculos, serían enviados al Senado donde podrían ser aprobados definitivamente o recibir enmiendas. En este caso, los Presupuestos regresarían al Congreso para aprobar los cambios que introdujera la Cámara Alta.