Abascal promete elecciones inmediatas y Sánchez le acusa de usar el Congreso como un plató

El candidato a presidente ha utilizado un tono más moderado en la forma pero no el fondo ya que ha multiplicado los ataques, descalificativos y propuestas de corte populista durante su primera intervención, de unas dos horas de duración. «No son ustedes un Gobierno, son un Frente Popular socialcomunista en alianza con separatistas y terroristas, una mafia y a los españoles se les ha terminado la paciencia», arremetió en su primera intervención.

Sánchez ha salido a defender a su gobierno, siguiendo la estela de Mariano Rajoy, quien en 2017 fue el primer presidente de la democracia en subir a la tribuna de oradores en una moción de censura.

El líder socialista ha utilizado un tono calmado y a ratos burlesco contra Abascal, menospreciando su iniciativa y acusándole de haber «medido mal sus fuerzas». «Será la moción de censura con menos apoyos de la Historia. Aunque el PP les apoye, va a ser un fracaso», anticipó. Y ello porque «no ha tenido en cuenta la fuerza de la democracia» porque en el Congreso está representada «la España real tal y como es, no como usted quiere que fuese».

Además, le acusó de aprovecharse de las «reglas de la democracia para utilizar el Parlamento como un gran plató de televisión» para su «lucimiento» y para «promover un acto de propaganda con un mensaje de odio, furia, y choque».

En esta idea recaló varias veces el líder socialista. « A un patriota no le sobran la mitad de los compatriotas como a usted le sobran, un verdadero patriota no puede odiar a sus compatriotas», censuró. «El camino que usted ha ofrecido, es el camino del odio», insistió.

Sánchez también atacó a Abascal por la vía del contenido, echándole en cara que no su intervención no incluyera propuestas ni «soluciones efectivas» para resolver los problemas reales que tienen los españoles. «Usted hace oposición al sistema», concluyó.

El jefe del Ejecutivo también usó su turno de intervención para elevar la presión sobre el líder de la oposición, Pablo Casado , al que advirtió que «no basta con ponerse de perfil ni abstenerse». Así, exigió que «corte con la ultraderecha» poniendo como ejemplo a la dirigente alemana «conservadora» Ángela Merkel. Paralelamente, Abascal apretaba al PP en sentido contrario.

Sánchez advirtió al presidente popular que «cada vez que les pidan más (Vox) y ustedes cedan más, más les van a despreciar y más les van a llamar derechita cobarde». Génova insiste en que no apoyarán la moción de censura pero sigue sin desvelar si optará por la abstención o el voto en contra. «Usted no es el beneficiario, sino el blanco de este ataque», reiteró Sánchez a Casado.

Según ha asegurado Abascal, su objetivo con la moción de censura no es alcanzar la presidencia para dirigir el país sino para convocar unas elecciones «libres e inmediatas» que devuelvan «la palabra a los españoles». «Que a través del voto, puedan juzgar estos meses de caos y ruina y para que puedan elegir representantes que les respeten y les digan la verdad sobre futuros pactos», ha reclamado buscando poner contra las cuerdas al PP y de paso a Ciudadanos . «Están en peligro la salud, el pan, la libertad, el futuro y la patria», ha asegurado.

Si la moción de censura saliera adelante mañana, Abascal ha prometido que conformaría el ejecutivo de «emergencia nacional» que lleva reclamando desde hace varios meses. Sería un gabinete «reducidísimo formado por personas de diferentes ideologías, que tomara decisiones técnicas sin interferencias de ideólogos de república bananera », para luchar contra la crisis sanitaria y económica que azota al país. A su juicio, los confinamientos «no han salvado a nadie».

Esos comicios llegarían antes de fin de año, ha prometido, y servirían para acabar con la «estafa» que Sánchez perpetró en las últimas elecciones, a las que acudió prometiendo que no pactaría con Unidas Podemos , los independentistas ni los herederos de Batasuna , ha recordado Abascal.

«Nunca en democracia se habían traicionado las promesas de una manera tan rápida, tan grosera y sin una mínima explicación ante esta tribuna», «nunca ha habido en España un presidente tan ansioso de poder como para pisotear su propia palabra con tanta vileza », atizó.

El líder socialista ha justificado su pacto con Podemos en que no obtuvo la mayoría que esperaba en las elecciones de noviembre de 2019. «¿Con quién iba a pactar? ¿Con el PP?», preguntó retóricamente.

El presidente de Vox también tuvo duros ataques para el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias , al que ha señalado como «responsable del abandono de decenas de miles de ancianos en las residencias». «Pedían medicinas y les mandaron morfina», le acusó mientras el líder de Unidas Podemos tomaba notas en su escaño.

El jefe del Ejecutivo no dejó pasar esta afirmación y salió en defensa de su vicepresidente segundo, acusando a Abascal de mentir «cruelmente», haciendo hincapié en que las competencias de las residencias se encuentran en manos de las comunidades autónomas.

E incluso entró en reproches estéticos a la bancada morada: «Se ponen sus mejores galas para una fiesta del cine pero acuden a la sede de la soberanía nacional, a La Zarzuela o al desfile vestidos algo peor que en los botellones de la facultad». Para Sánchez, ésta ha sido la única propuesta que Abascal ha hecho durante el debate. «Luego dirá que no es fascismo, que es estilismo»

En una estrategia «contra todos», el líder de Vox continuó atizando al diputados de Podemos y secretario general del Partido Comunista , Enrique Santiago , al que acusó de defender «los intereses de las FARC , es decir, de los traficantes de los secuestradores y de los violadores de menores en Colombia ».

Al terminar su intervención, Santiago pidió la palabra a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet , para protestar por las «falsedades» dichas por Abascal.

Los independentistas también estuvieron en el centro de la diana: «Si los renegados consiguieran romper España, solo conseguirían formar la República Islámica Catalana», advirtió, defendiendo la ilegalización del secesionismo.

El candidato a presidente equiparó el estado autonómico a «un auténtico monstruo de gasto y despilfarro» y abogó por regresar a la «grandeza de las provincias». Sánchez replicó a esta tesis asegurando que Vox es el mejor aliado de los secesionistas.

Puestos a atacar, Abascal también cargó contra el Tribunal Constitucional sobre el que dijo que «no se está comportando como un tribunal verdaderamente independiente».

El discurso de Abascal incluyó un repaso a su visión de Europa y de las alianzas internacionales. Así, puso sobre la mesa las ideas que tiene para el proyecto comunitario atacando su funcionamiento actual y exigiendo una refundación.

El líder de Vox defendió la Unión como «un megaestado federal que se parece demasiado a la República Popular Chin a, a la Unión Soviétic a y o incluso a la Europa soñada por Hitler ». Ante esta visión, se regocijó del crecimiento que está experimentando la ultraderecha en el continente. «Por suerte en Europa están creciendo a movimientos patrióticos que no se quedarán de brazos cruzados mientras unas oligarquías degeneradas convierten las naciones en estercoleros multiculturales».

Los pecados del proyecto europeo son, a su juicio, una «burocracia que tiene vida propia» y la imposición de «planes de control e injerencias en la vida de las naciones» que convierten a Bruselas en una «maquinaria despótica» a la que España está «encadenada por el cuello». Recurrir a la idea de «más Europa» es solo un mantra «acomplejado» y un «recurso fácil», según Abascal.

Dentro del plano internacional, el presidente de Vox ha salido en defensa del presidente de Estados Unidos , Donald Trump , sobre el que a su entender se dicen «barbaridades» y ha exigido la petición de responsabilidades a China por fabricar el virus o no controlarlo.

Dentro de este capítulo, ha defendido que España salga de los organismos internacionales a los que consideró de «instrumentos del globalismo para imponer patrones de conducta ideológica» como el apoyo al «aborto y la pederastia».

Motivos todos estos, a juicio de Sánchez, tan «falsos» como el «patriotismo» de Abascal.

La alocución del dirigente bilbaíno ha combinado los ataques con la defensa de su batería de propuestas. Entre ellas, «deportar a los inmigrantes legales que cometan ilegalidades y a aquellos que hayan convertido el delito leve en su forma de vida», reindustrializar España, proteger el tejido empresarial que ya existe frente a la competencia extranjera de «mano de obra esclava», la bajada de impuestos, un plan de impulso a las actividades renovables o la reactivación de la España vaciada.

Abascal, que volvió a abrir su discurso asegurando que el Gobierno actual es el peor de los últimos ochenta años -desde 1940-, cerró su primera intervención con un «¡Viva el Rey y Viva España!».