Abascal levanta a sus fieles contra Feijóo y avisa al PP: «Después del 28M, ni regalos ni chantajes»

En una abarrotada plaza del Ayuntamiento, ante unos 2.500 simpatizantes según Vox, Abascal ha clausurado la campaña en un escenario de dimensiones más modestas que los elegidos en otras ciudades españolas, donde la formación ha llegado a reunir a lo largo de los últimos quince días hasta 6.000 fieles. La entrada de Abascal, esperado con gran expectación, repetía la escenografía ya vista tantas veces por todo el país. Paradas constantes, selfis, y llegada al escenario entre gritos de «presidente».

El 'enemigo a batir' en Castilla-La Mancha es García-Page, que se disputa con el aragonés Javier Lambán el título honorífico de barón socialista más crítico con el sanchismo, pero apenas ha tenido mensajes para él -más allá del repetido chiste de que es «el paje» de Pedro Sánchez-. De nuevo, los dardos más contundentes iban en dirección Génova, con el líder de la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo, como principal destinatario. Ha llegado a acusar al PP de 'mendigar' el apoyo del PSOE cuando debería guardar con él «distancia infinita».

Abascal ha sugerido que la noche electoral de este domingo Núñez Feijóo no le llamará a él, sino a Sánchez para alcanzar un pacto PP-PSOE. Los asistentes, entonces, han comenzado a silbar al unísono, con fuertes reproches al presidente del PP, con la misma música que resuena en un estadio de fútbol cuando un jugador rival cae al suelo. «¿Cómo se puede pactar con un partido con tan pocos escrúpulos?, ¿cómo se puede pactar con el socio de Bildu y del separatismo catalán? ¿Qué más necesita Feijóo para decidir si está dispuesto a pactar una alternativa para echar al socialismo y al comunismo?», se ha preguntado el líder de Vox, muy aplaudido en todas y cada una de sus críticas a los populares.

«El PP quiere un cambio de 360 grados para que las cosas se queden como están; nosotros queremos un cambio de 180 grados para avanzar en la dirección opuesta», ha clamado Abascal, quien ha jugado constantemente con la idea de que el PSOE y el PP, el bipartidismo, son en el fondo lo mismo. Ese es su argumento, que Vox representa una «alternativa real», frente a la llamada al «voto útil» que realizan los populares a lo largo y ancho de España.

«¡Están nerviosos!», ha gritado un asistente en el público. No se ha quedado sin respuesta. «Más nerviosos van a estar el 28M y no digamos en diciembre», le ha contestado Abascal, arrancando una oleada de risas cómplices acompañadas del mecer de las banderas de España y de Vox. Este domingo, cuando ya se conozcan los resultados, será el momento de sacar las calculadoras para comprobar, escaño a escaño, si existe fuerza suficiente para reeditar los gobiernos que tiene la derecha y para desbancar en alguna plaza a la izquierda.

Vox aspira a gobernar en la Comunidad de Madrid -si Isabel Díaz Ayuso no alcanza la mayoría absoluta- y en la Región de Murcia, bastiones de la derecha, pero también confía en una remontada frente a las encuestas que permita el cambio político en la Comunidad Valenciana -donde abrió la campaña Abascal en Valencia-, en Baleares y en Castilla-La Mancha. En esta última comunidad, no solo ha sido el cierre este viernes, sino que el líder de Vox estuvo el fin de semana pasado en Guadalajara, Ciudad Real y Albacete.

Las advertencias al PP han sido una constante en la última quincena, con una repetida reivindicación del valor de los votos de Vox. Antes que Abascal han hablado este viernes el presidente de Vox en Toledo, Daniel Arias, la candidata de Vox al Ayuntamiento de la capital castellanomanchega, la diputada Inés Cañizares, su aspirante a la Junta autonómica, David Moreno, y el secretario general del partido, Ignacio Garriga.

Ya el número dos de Vox ha sido contundente, al sostener: «No valen medias tintas, no vale eso de votar a la lista más votada». Pero después Abascal ha dejado las intenciones de su formación fuera de toda duda, por si hiciese alguna falta: «¿Con cuál de los 17 PP tenemos que hablar? ¿Quién está al mando del barco? Después del 28M, ni regalos ni chantajes porque no vamos a aceptar ni uno ni otro». Con vivas a Toledo, a Castilla-La Mancha y a España se ha despedido, antes de dar paso, como siempre en sus mítines, al himno nacional. Solemnidades aparte, a partir del 29 de mayo, si le van bien las cosas en las urnas, habrá mucho que negociar.