Abascal amplía su ejecutiva con once caras nuevas para lucir los territorios donde gobierna

Irónicamente, las autonomías, de las que Vox reniega en su ideario y cuya eliminación defiende, son ahora el principal escaparate de su líder, tras la pérdida de representación en el Congreso de los Diputados y varias crisis internas que han terminado con la salida de algunos de sus perfiles más mediáticos, como Macarena Olona e Iván Espinosa de los Monteros. Según fuentes de la formación consultadas por ABC, tras terminar este martes el plazo para presentar avales y optar a presidirla, este sábado el Comité Electoral informará a los afiliados de las candidaturas de la Asamblea General.

Lo esperado es que la de Abascal, que adelantó con el aval del CEN la fecha de la Asamblea a finales de mes –inicialmente estaba prevista para marzo–, sea la única. Que el actual presidente tuviese rival sería toda una sorpresa, porque nadie ha hecho público que haya recogido apoyos para competir con él. De hecho, tras especularse con la posibilidad de que Javier Ortega Smith, que ha perdido influencia desde que salió de la Secretaría General, se postulase a presidir Vox, el propio Abascal comunicó que seguirá en su dirección, aunque sin rango de vicepresidente, como tampoco lo tendrá Jorge Buxadé, cuya acumulación de poder había levantado recelos.

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Ahora, los cuatro vicepresidentes que tiene Vox en Gobiernos autonómicos formarán parte de la ejecutiva. Desde Juan García-Gallardo, que abrió la veda en 2022 con su éxito electoral en Castilla y León, hasta el murciano José Ángel Antelo, exjugador de baloncesto, pasando por el extorero Vicente Barrera (Comunidad Valenciana) y por Alejandro Nolasco (Aragón).

Su incorporación es un guiño a los territorios donde Vox logró la fuerza para gobernar, que son ahora la principal baza del partido derechista para negar los vientos de crisis. De hecho, desde Bambú se diferencia mucho la relación que mantienen con los populares en las regiones que administran en coalición –también en Baleares, donde solo tienen un acuerdo de legislatura– y el trato con Génova, con quien cada vez es mayor la distancia ideológica y estratégica.

El mimo a los territorios, en un partido sumamente centralizado y jerarquizado, donde Madrid elabora el argumentario y la acción de gobierno de cada ayuntamiento, se constata también con la incorporación al CEN de Luis Gestoso, portavoz en el Ayuntamiento de Murcia, y de Llanos Massó, presidenta de las Cortes Valencianas. Pero estas no son las únicas integraciones, aunque todas comparten denominador: la fidelidad al líder.

Pasan a formar parte de la ejecutiva Rosa Cuervas-Mons, directora de comunicación de Abascal y jefa de prensa del Grupo Parlamentario Vox en el Congreso, y Montserrat Lluís, que tras ejercer de directora de Coordinación e Integración Social en el Gobierno de Castilla y León pasó a ser una de las asesoras en las que más confía Abascal. Cuervas-Mons seguirá como jefa de prensa, pero logra un asiento en la ejecutiva del partido tras recorrerse el país con su líder en las dos campañas electorales del año pasado, en las que el dirigente se volcó junto a todo su equipo. Lluís será la vicesecretaria de Acción de Gobierno.

Abascal también añade a su dirección a tres diputados nacionales. La sorpresa es Blanca Armario, una desconocida a nivel mediático, pero hay un gesto claro hacia un tándem que la formación quiere potenciar: el que conforman la portavoz del Grupo Parlamentario Vox en el Congreso, Pepa Millán, y el secretario general del mismo, José María Figaredo. Desde la salida de Olona, primero, y de Espinosa de los Monteros, después, la formación conservadora los mira con esperanza, aunque el hueco a cubrir es grande.

Figaredo fue nombrado secretario general de Vox cuando Olona dimitió para ser la candidata del partido en las elecciones andaluzas –en lo que supuso el primer revés electoral de la formación desde su irrupción en la política nacional, precisamente con su entrada en 2018 en el Parlamento andaluz– y Millán fue primero una revelación en el Senado, donde a finales de la legislatura pasada hizo las veces de portavoz de facto, y fue recompensada después con un puesto de salida al Congreso en la lista por Madrid y, tras la renuncia de Espinosa de los Monteros, con el cargo que tenía él. Ambos son jóvenes y cuentan con proyección.

Los otros nueve integrantes del CEN son de la anterior etapa, pero hay dos nombres que se caen de la dirección: Víctor González, que fue vicepresidente económico del partido hasta que lo relevaron para dar una vicepresidencia a Ortega Smith, tras perder la Secretaría General; y Pedro Fernández, que era hasta ahora vocal. Como informó este martes ABC, el más beneficiado es Ignacio Garriga, secretario general y vicepresidente.