La Audiencia Nacional reabre la causa contra el concejal Zapata por humillar a las víctimas

La Sala de lo Penal explica que el delito por el que se investiga a Zapata protege el honor de las víctimas como colectivo, por lo que no se puede cerrar el caso porque la víctima aludida en los mensajes (Irene Villa) haya alegado que los comentarios no la afectan. El bien protegido, explican los magistrados, «no solo es el honor individual de una víctima en concreto, que lo puede ser, sino la dignidad de las víctimas del terrorismo y sus familiares como colectivo», razón por a que «el perdón de una víctima en concreto puede no tener relevancia».

El tuit en cuestión, de 31 de enero de 2011, decía: «Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos». Los magistrados piden tener en cuenta, además, el conjunto de mensajes que Zapata lanzó en Twitter, para concluir que sus comentarios podrían «exceder lo que es un mero ejercicio del humor negro» , como contextualizó los mensajes Pedraz. «No estamos ante una sola expresión relacionada con una víctima del terrorismo, sino ante varias manifestaciones que todas juntas como mínimo pueden indicar un cierto grado de desprecio a las víctimas del terrorismo y una cierta y bastante manifiesta trivialización del terrorismo», aseguran.

Entre los mensajes investigados, se encuentran también los siguientes: «Rajoy promete recuperar la economía y a Marta del Castillo»; «Se confirma que ETA, además de criminal, era idiota, con la cantidad de simpatizantes y aliados que tenía no fue capaz de tomar el poder»; o «¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero». Zapata, quien después de la polémica renunció a la cartera de Cultura, continúa como concejal en el Gobierno de Manuela Carmena como edil del distrito de Fuencarral-El Pardo.

La Sala de lo Penal, que con esta decisión estima los recursos de la Fiscalía y de la asociación Dignidad y Justicia contra el archivo que acordó Pedraz, considera necesario que se interrogue a Zapata para escuchar su versión y tratar de fijar el ánimo que existía en sus mensajes en la red social. La sección segunda, en un auto escrito por el juez Enrique López, asegura que «el derecho a bromear como ejercicio de la libertad de expresión está limitado por el derecho de las víctimas y sus familiares de que no se trivialice ni se banalice, restándole importancia al dolor que han padecido». Los límites de la libertad de expresión.

Los magistrados consideran que no es necesario citar a Irene Villa como testigo, salvo que el juez lo considera oportuno, puesto que se trata de averiguar si los comentarios «alcanzan de manera objetiva la suficiente entidad como para rebajar y humillar a las víctimas en general». El legislador, como recordó la Fiscalía en su duro recurso, ha pretendido proteger a un colectivo que fue tradicionalmente olvidado, pese al dolor sufrido por el terrorismo.