La prueba más difícil para Doña Letizia

Durante el viaje, es muy probable que Doña Letizia conozca historias muy duras de personas que viven en circunstancias enormemente difíciles, y otras muy gratificantes, de las que ayudan a vivir a las primeras en las mejores condiciones posibles.

Después de diez años como Príncesa de Asturias y de uno como Reina, Doña Letizia ha conocido muchas historias de ambos tipos y muchas situaciones dolorosas en las que siempre ha sabido encontrar la palabra o el gesto de consuelo. Ha estado con las víctimas de atentados, de tragedias aéreas, de accidentes y de incendios, con enfermos y discapacitados y con todos aquellos sectores vulnerables. Y siempre ha intentado darles lo mejor de ella misma.

Sin embargo, Doña Letizia deberá superar ahora una prueba más difícil todavía: la de la comparación con Doña Sofía en el terreno en el que la Reina madre mejor se mueve, el de la cooperación. Un terreno que Doña Sofía empezó a pisar de niña con su madre, la Reina Federica, en la Grecia asolada por las guerras, y que sigue pisando con fuerza a los 77 años allá donde se la pueda necesitar.

Doña Sofía ha practicado tanto la solidaridad a lo largo de su vida, se siente tan feliz llevando su apoyo a los más vulnerables, que no entiende otra forma de vivir. Aunque en estos viajes oficiales será relevada por la nueva Reina, Doña Sofía seguirá ejerciendo de cooperante en privado, gracias a la Fundación Reina Sofía, que ella misma fundó con un pequeño capital personal, pero que consigue «hacer milagros» gracias a las generosas donaciones que recibe.