La Policía cree que «Teo» diseñó activadores de explosivos para atentados

Según fuentes de la investigación, Elgorriaga es experto en electrónica y algunas de las acciones cometidas por ETA con explosivos tienen su firma , principalmente los ingenios electrónicos para detonar los artefactos, algunos con trampas destinadas a los desactivadores.

Entre ellas está la colocación de varios lanzagranadas en el Cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo, con un dispositivo trampa temporizado, el 11 de noviembre de 2000. Diez días después, tras la colocación de unos lanzagranadas contra el Cuartel de la Guardia Civil de Irún, el coche abandonado tenía un novedoso dispositivo trampa de activación por célula fotoeléctrica.

Los investigadores también ven su firma en la colocación de un coche bomba en el aeropuerto de Málaga con dos sistemas diferentes de temporización, ocurrido el 26 de julio de 2001; además de en la colocación de una pancarta con una trampa por la que resultó fallecido el miembro de la Guardia Civil, Juan Carlos Beiro, el 24 de septiembre de 2002; y en el artefacto explosivo colocado furgoneta abandonada por los terroristas, tras el lanzamiento de Jotakes contra el acuartelamiento del Ejército de Tierra de Aizoain, el 19 de octubre de 2003.

Además de estas acciones, se cree que pudo estar detrás de los libros bomba que ETA envió a el diario «El País» el 11 de noviembre de 2000 y el 12 de diciembre de 2002, y detrás del que envió el 15 de mayor de 2001 al periodista Gorka Landaburu.