La mitad de la actual cúpula de ETA se formó en Segi

La Audiencia Nacional juzga estos días a 28 miembros de Segi acusados de integración en organización terrorista y para los que el Ministerio Fiscal solicita seis años de cárcel. Todos ellos niegan su pertenencia a ETA y aseguran que se les juzga por la actividad política. Hace tres meses, este mismo tribunal absolvió a otros cuarenta acusados de Segi al entender que sus actuaciones eran de contenido político y no de apoyo a la banda terrorista.

Habrá que demostrar en la vista oral que los 28 jóvenes de la «izquierda abertzale» que se sientan en el banquillo han pertenecido a Segi. Pero lo que sí está más que demostrado es que esta organización juvenil, forzada a autodisolverse hace casi dos años tras los diferentes golpes policiales, ha sido cantera de ETA. Como antes lo fueron sus predecesoras Jarrai y Haika. En los últimos diez años, al menos treinta miembros de Segi pasaron a la clandestinidad y se incorporaron a las diferentes estructuras de ETA en Francia: «aparato político», «logística» y «aparato militar». E incluso alguno de ellos pasaron a intregrar «comandos» operativos. El número puede ser aún mayor, ya que las Fuerzas de Seguridad del Estado están convencidas de que activistas de esta organización juvenil entraron en la banda sin estar reclamados por la Justicia, por lo tanto no estaban fichados.

Hay, con todo, un dato más significativo. La mitad del actual «comité ejecutivo» - «zuba» - lo integran individuos que se formaron en Segi o en su predecesor Jarrai. Se trata de David Pla Martín, «Minzo»; Xabier Goyenetxea Iragorri, «Goyene», y Julen Mendizábal Elezkano. También se formó en Segi Izaskun Lesaka Argüelles, «Ane», integrante del «zuba» hasta su arresto, hace poco más de un año. Por su parte, Egoitz Urrutikoetxea, hijo de «Josu Ternera», y que permanece en los aledaños de la cúpula, perteneció a Gazteriak, la Segi en el País Vasco francés. francesa