Objetivo, desmantelar el «zuba»

Los cinco integran el actual «comité ejecutivo» , pero, además, José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, «Josu Ternera»; David Pla, «Minzo»; e Iratxe Sorzabal, «Ezpela» son los responsables del «aparato político», prácticamente el único que se mantiene intacto desde la caída, en mayo de 2008, de Francisco Javier López Peña, «Thierry» y su séquito de rufianes. Los cinco son quienes, en última instancia, tendrían en su mano la decisión de liquidar ETA y entregar las armas. Al mismo tiempo, Ternera, Pla y Sorzábal son los autodenominados interlocutores encargados de forzar una pretendida negociación con el Gobierno. La captura de todos ellos, en una misma operación o en un breve plazo, al estilo de la caída de la cúpula Artapalo en Bidar -donde fueron detenidos al mismo tiempo los tres máximos cabecillas- dejaría a ETA noqueada.

Aparte de mantenerse intacto desde hace cinco años, el «aparato político» es el único que lo componen etarras con experiencia. Sobre todo «Ternera» que se incorporó a la organización criminal a principios de los setenta. En 1981 asumió la jefatura del «aparato internacional» y se encargó de mantener relaciones con el régimen sandinista de Nicaragua y con campos de adiestramiento en Yemen; Poco después, en 1984, formó parte del «zuba». Detenido en Bayona en 1989, siete años después fue extraditado a España. En 2000 quedó en libertad y cuando era parlamentario de Batasuna en la Cámara de Vitoria huyó en 2002 para eludir una citación ante la Audiencia Nacional que le investiga como presunto inductor de la matanza en la casa cuartel de Zaragoza. El resto de los integrantes del «zuba» tienen una experiencia de «nivel medio bajo», salvo «Dienteputo» que como integrante del «comando Goierri Kosta» en la década de los ochenta acabó con la vida de seis personas, e Iratxe Sorzabal, a la que se le relaciona con el «comando Ezpela», autor de tres asesinatos. Asimismo, Sorzábal alquiló el local en el que los etarras del «Donosti» mantuvieron secuestrado al edil de Ermua Miguel Ángel Blanco, antes de asesinarlo.

Pero al margen del objetivo de capturar al «comité ejecutivo» en pleno, las Fuerzas de Seguridad del Estado de Francia y España quieren rematar la faena y desmantelar todo el «aparato logístico militar», que pasa por la captura de sus cabecillas Joseba Iñaki Reta de Frutos, su representante en el «zuba»; Xabier Goyenetxea, «Goyene» y Tomás Elgorriaga, «Teo», además de desarticular la cuarta célula, la encargada de adquirir material electrónico y químico. La captura de «José Luis Eziolaza Galán, «Dienteputo» supondría también un golpe a las finanzas de la banda, ya que se cree es el actual tesorero. Por su parte, la detención de Mikel Irastorza, subjefe del «aparato político», podría poner al descubierto muchas complicidades, ya que este sujeto pasa por ser el encargado de transmitir consignas a Sortu.

El «talde de reserva» está integrado actualmente por una veintena de etarras de última generación, con escaso historial y menos experiencia, a la espera de recibir órdenes de los cabecillas. Lo integran Anartz Arrambarri, Mikel Barrios, Sabin Mendizábal, Oier Egidazu así como una docena de antiguos miembros de Segi que huyeron a partir de 2010 para eludir la acción de la Justicia. Entre estos estarían los llamados a sustituir a los seis etarras detenidos el martes en Francia. A Nekane Txapartegi, «Txatarra», antigua concejal de Batasuna, se le sitúa en el «aparato internacional», mientras que en el frente de apoyo a los «refugiados» figuran Eloy Uriarte, «Señor Robles», antiguo «recaudador» del «impuesto revolucionario»; Francisco Arín Bastarrika y Jokin Aranalde.