La oferta de pacto del PSC divide a CiU
Mas rechaza un acuerdo con los socialistas, que siempre ha defendido Duran
La oferta de pacto del PSC divide a CiU
El mejor y más reciente ejemplo de que la carrera política de Artur Mas tiene sus días contados es su rechazo a elegir socio estable para el resto de esta legislatura convulsa, entregada a una consulta sobre el Estado propio. El martes, durante el Debate ... de Política General que se ha celebrado en el Parlamento catalán, el presidente rehusó la oferta de ERC de entrar en el Gobierno autonómico para blindar el referendo. Comprensible, ya que los llamamientos del republicano Oriol Junqueras a la desobediencia civil se han convertido en una línea roja que, pese a sus delirios independentistas, Mas no quiere traspasar. Pero lo más sorprendente es que, a continuación, el líder de CiU tampoco aceptara al PSC como aliado, tal como propuso el primer secretario de este partido, Miquel Iceta. «Los socialistas no querían quedar marginados en el Debate de Política y por eso lanzaron esa propuesta», explica a ABC un dirigente de Convergència, receloso de una oferta que obligaría a su formación a diluir, y mucho, sus aspiraciones secesionistas.
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Y es que la llamada «sociovergencia» —término que puso de moda el ex presidente del PP catalán, Josep Piqué, y que nunca se ha formalizado en Cataluña a nivel gubernamental—, es una fórmula que siempre agradó al líder de Unió, Josep Duran Lleida. Y también a la antigua Convergència, la que nunca se envolvió en la «estelada» y que se ofreció al expresidente Pasqual Maragall para formar Gobierno y salvarle del turbulento abrazo de Josep Lluís Carod-Rovira, allá por 2004.
Reforma constitucional
Los tiempos han cambiado y, sobre todo, el programa electoral de CiU, a quien ya no le vale ni la reforma constitucional federal que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, presentó a Mas hace un par de semanas , ni la propuesta de Iceta de negociar una consulta «legal y pactada» con el Estado —los socialistas votarán mañana a favor de la ley catalana de consultas con la que el presidente autonómico quiere convocar el referendo—.
«No habrá sociovergencia porque Mas no quiere cambiar de socio político», explica a ABC el propio Iceta. Los socialistas catalanes están dispuestos a apoyar los presupuestos de la Generalitat de 2015, que están en el aire, dada la previsible ruptura de CiU y ERC cuando Mas renuncie a sacar las urnas a la calle por mandato del Tribunal Constitucional . Pero los nacionalistas creen que lo único que buscan los socialistas es crear fricciones en una federación que ya está divivida, debido al giro secesionista de la nueva dirección convergente. Un pacto «sociovergente» proporcionaría oxígeno a un PSC asfixiado electoralmente, pero impondría en CiU un cambio de rumbo que le pasaría factura en las urnas. Y las perspectivas de los nacionalistas, según los sondeos de intención de voto, no son buenas.
El rechazo de Mas a esa sociovergencia viene precedida de contactos entre ambas formaciones. El pasado 21 de julio, Iceta y el presidente catalán almorzaron discretamente en el Palau de la Generalitat. De esta forma se solemnizaba el retorno del socialista a la primera línea política, tras la brevísima y errática trayectoria de Pere Navarro al frente de un PSC devastado por los casos de corrupción y las deserciones de los dirigentes más soberanistas. En esa reunión, el recién elegido primer secretario de los socialistas catalanes ya se ofreció a Mas como nuevo socio.
Eurovegas catalán
De hecho, CiU y PSC ya habían protagonizado acuerdos de calado importante: en marzo, ambas formaciones solemnizaron en Tarragona un pacto sobre el proyecto Barcelona World , la alternativa catalana a Eurovegas, que implicaba rebajas fiscales en el sector del juego. La entente no sentó nada bien a ERC, socia oficial de CiU.
Más recientemente, el PSC ha dado muestras de buena voluntad hacia los nacionalistas al demorar su petición de comisión de investigación sobre el «caso Pujol». Mientras el resto de formaciones de la oposición, incluida ERC, reclamaba con urgencia la creación de ese órgano parlamentario para que el evasor fiscal confeso, Jordi Pujol, diera explicaciones, el PSC lo hizo en tiempo de descuento, consciente de que, por elevación, el «caso Pujol» se convertiría en el «caso CiU».
Pero a pesar de todos estos gestos, Artur Mas ha dicho no. Valoran los nacionalistas que el PSC tenga un proyecto. Pero mientras haya mayoría absoluta del PP, dice Mas, no hay nada que hacer.
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