El nuevo ministro británico de Exteriores se estrena con otra convocatoria a Trillo por Gibraltar

El incidente se produjo el pasado miércoles cuando el patrullero español, que realizaba tareas de vigilancia en la zona de Levante, pidió la documentación a dos buques mercantes que tenían como procedencia o destino el Peñón. Para ello, el patrullero entró, según fuentes españolas, dentro de las tres millas en torno al Peñón, que el Reino Unido considera aguas territoriales internacionales de Gibraltar y que España reclama como propias. Las mismas fuentes indicaron que otro patrullero de la Royal Navy se presentó en la zona para pedir explicaciones al barco español , desde el que se respondió que realizaban tareas de vigilancia dentro de aguas españolas.

La versión difundida por el Foreign Office, a través de un comunicado, difiere algo de española, ya que indica que el incidente tuvo lugar en «aguas internacionales fuera de Gibraltar», no en lo que el Reino Unido considera «aguas territorial británicas de Gibraltar», donde Londres suele considerar las actuaciones de la Armada Española o de la Guardia Civil como «incursiones».

En esta ocasión, el malestar británico, según precisa el comunicado, citando palabras del ministro para Europa, David Lidington, deriva de que la Armada española trataba de «redirigir» a los dos mercantes que iban o venían del Puerto de Gibraltar , «argumentando erróneamente que se encontraban en aguas españolas», algo que –subrayó- constituye una violación de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar».

Lidington, que urge al Ejecutivo español para que estos hechos no se repitan, indica que «la libertad de navegación es un principio vital de la ley internacional». Y añade que, aunque los dos barcos pudieron seguir su trayecto, lo sucedido es una «provocación» y «supone un intento cínico por parte del Gobierno español de alterar la actividad económica de Gibraltar, contraviniendo la ley internacional».

«Dejó claro que no se pueden repetir las alteraciones del pasado verano»En el mismo comunicado del Foreign Office se señala que anoche, en los márgenes de la reunión extraordinaria del Consejo Europeo en Bruselas, el primer ministro británico, David Cameron, conversó sobre Gibraltar con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y que «dejó claro que no se pueden repetir las alteraciones del pasado verano». Desde finales de julio y durante el mes de agosto de 2013 la tensión entre los dos países se elevó sensiblemente cuando Gibraltar arrojó varios bloques de hormigón con pinchos en aguas cercanas a su costa impidiendo faenar a los pescadores españoles, a lo que España respondió con unos controles aduaneros más estrictos en la Verja, lo que provocó largas colas de vehículos en el paso fronterizo.

Esta es la quinta vez que el Gobierno británico convoca al embajador español por asuntos relacionados con Gibraltar desde la llegada de Mariano Rajoy a La Moncloa a finales de 2011.

Por su parte el ministro británico para Asuntos Europeos, David Lidington, aseguró antes de la convocatoria al embajador que la actuación de la Armada española contraviene la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar y dijo que supone «un cínico intento del Gobierno español de dificultar la economía gibraltareña».