La importancia de un abrazo

« Un magnífico comienzo de campaña electoral , con el presidente de honor presentando al candidato ante la plana mayor del PP, un grupo muy cualificado de miembros del Gobierno y otro grupo altamente cualificado de la sociedad civil», remataba el ministro de Interior, Jorge Fernández.

El final feliz con el que se deshizo el entuerto entre el expresidente y sus sucesores al frente de partido y Gobierno dejó a todos tan contentos. Aznar estuvo «muy cariñoso» con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, según comentó esta, que alabó «los discursos de dos europeístas en estado puro» y el propio candidato, Miguel Arias, repartió abrazos y recibió enhorabuenas por haber conseguido la reconciliación con el expresidente, aunque de lo que más presumió fue del último golpe que prepara para su campaña electoral , un acto a celebrar el día 23 en Barcelona en el que será presentado por Miguel Roca.

El lleno registrado en el Casino de Madrid fue espectacular. «Hasta la bandera», resumió Juan Miguel Villar Mir, quien no se recató en calificar a su amigo José María Aznar como «el mejor presidente que hemos tenido en democracia». Más de 250 comensales, 85 periodistas acreditados. «No habíamos visto algo así desde otro Foro ABC en el año 2002 cuyo protagonista fué precisamente Aznar», aseguró uno de los organizadores.

«Me dijo que le debo una y que un día de estos me va a llevar para hablar a una de sus universidades»La cola de coches que se formó en la calle Alcalá fue tal que muchos de los comensales se quejaron de los atascos. A empresarios como Borja Prado, Antonio Bufrau, Eduardo Montes o Esther Alcocer pocas veces les dedican tantos flashes los fotógrafos, todos a la espera de que Aznar, que llegó acompañado de su esposa y alcaldesa, Ana Botella, se fundiera en un abrazo con Arias Cañete en la misma acera antes de entrar en el Casino y posar muy sonrientes mientras mantenían una entretenida conversación. ¿Qué se decían? «Pues me dijo que le debo una y que un día de estos me va a llamar para que acuda a hablar a una de sus universidades», según el candidato. O sea, charla de amigos .

El expresidente había llegado a Madrid procedente de Nueva York a las 11 de la mañana y se marchó de vuelta a Barajas al terminar el almuerzo para volar hacia Londres, sin tiempo hoy de compartir ejercicio con su entrenador personal, Bernardino Lombao, también presente en el salón. A sus 74 años confiesa que empieza a considerar a Aznar, que tiene 61, «algo mayor», aunque presume no ya de hacer cientos de abdominales con él cada día, sino «flexiones de piernas con pesos de 100 kilos... en cada una».

Sin tiempo ni para ejercitarse ni para nada llegó, del Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal y se volvió de regreso a Toledo sin comer para poder votar en sus Cortes a primera hora de la tarde.

Igual le sucedió a Ignacio González, con idéntica agenda para el día de ayer, aunque el presidente madrileño solo tenía que desplazarse desde Sol a Vallecas pasando por el Casino. El poco tiempo que estuvo en este lugar lo pasó despachando con la presidenta del PP regional, Esperanza Aguirre, que desplegó ayer una rara habilidad de su persona, la de no pronunciar una sola frase delante de ningún periodista. Después de los dos protagonistas, la persona más solicitada por periodistas, empresarios y cargos del PP fue la nueva ministra de Agricultura , Isabel García Tejerina, que hizo muy buenas migas durante el almuerzo con Ana Botella y de la que, quizás por que acaba de llegar, todo el mundo habla bien.

A la salida, cuando se bajó el telón del acontecimiento político de la semana, la mayoría de los presentes, casi todos cargos en el partido o en el Gobierno, eurodiputados que van en la lista de Arias Cañete , ex ministros como Abel Matutes, Ana Palacio o Marcelino Oreja, se marcharon Alcalá abajo tan contentos de haber evitado una ruptura que pudo ser y no fué. «No deja de ser algo raro –reconocía Javier Arenas– que se monte tanto lío porque Aznar asista a un acto con el PP». Pero el caso es que el lío se deshizo. Preguntado el jefe de la campaña de los populares, Carlos Floriano, si todo había salido bien, este resumió: «Ha salido».