caso nóos
El fiscal Horrach, de héroe a villano
Su oposición a la imputación de la Infanta le ha llevado a perder la batalla de la opinión pública en un caso ya más mediático que jurídico
pablo muñoz
De héroe a villano. Pedro Horrach, fiscal Anticorrupción del caso Nóos, ha pasado de ser vitoreado por las calles de Palma de Mallorca a ser acusado de actuar como el «tercer abogado defensor de la Infanta». Ni cuando todo eran halagos, ni ahora ... que las críticas son mayoritarias ha cambiado de actitud. Es independiente no porque nadie lo diga, sino porque puede serlo . Y cuenta con otra ventaja: los fiscales generales del Estado con los que ha trabajado en este delicado asunto -primero Cándido Conde-Pumpido, y luego Eduardo Torres Dulce-, y su jefe directo, Antonio Salinas, han confiado plenamente en su criterio. «No he venido aquí para salvar a nadie» , le dijo Torres Dulce en una de sus primeras reuniones.
Horrach es una persona profundamente reflexiva. Estudia los asuntos y solo cuando está plenamente convencido actúa. Así lo ha hecho en las diferentes piezas del caso Palma Arena, con éxitos evidentes en forma de sentencias condenatorias, y con los mismos parámetros ha actuado en el caso Nóos. Él ha sido quien ha diseñado, planificado, dirigido e impulsado toda la investigación , aunque haya preferido permanecer en un segundo plano, dando el mayor protagonismo al instructor, José Castro. De hecho, así se ha formado la leyenda en torno a éste, aunque lo cierto es que el peso del trabajo lo llevara Anticorrupción.
El tándem Horrach-Castro funcionó a la perfección hasta que en abril del año pasado el segundo imputó a Doña Cristina . La decisión del juez ponía al fiscal al pie de los caballos de la opinión pública, pues trasladaba la imagen de que éste se plegaba a las órdenes de sus superiores y, en último término, del Gobierno. El magistrado conocía las consecuencias que su decisión tenía para su compañero de viaje , pero a pesar de ello, y de contar unos argumentos legales muy endebles, dio el paso adelante.
Aun así, el diálogo entre ambos no se rompió del todo. El pacto fue que se suspendería la declaración de la Infanta como imputada hasta que la Sección Segunda de la Audiencia de Palma resolviera el recurso del fiscal. Castro sabía que contaba con el voto a favor del ponente -por tanto, partía con un 33 por ciento de ventaja-, y estaba confiado. Se equivocó. E l presidente y el tercer magistrado de la Sala se opusieron a la imputación de Doña Cristina , y el ponente se tuvo que conformar con hacer un voto particular. Pero en una pirueta jurídica difícil de entender , el tribunal abrió la puerta a una acusación por delito fiscal y blanqueo...
Castro no encajó bien el varapalo. Era la primera vez que actuaba contra el criterio de Pedro Horrach y el resultado no fue alentador . Pero la guerra mediática -también de poder- estaba lanzada y él no estaba dispuesto a perderla, aunque eso supusiera dejar a su mejor aliado en la estacada.
Lo que ha venido después no tiene precedentes en la historia judicial española. Durante más de ocho meses Castro ha escrutado hasta el mínimo detalle de las cuentas de la Infanta , aunque se trataba de una persona que no estaba imputada; ha desacreditado los informes de los inspectores de la Agencia Tributaria designados en auxilio judicial, y ni siquiera los ha recibido cuando se han ofrecido a explicarles su trabajo ; ha abrazado las tesis de un perito de parte -la acusación popular que ejerce Manos Limpias-, para justificar la imputación de Doña Cristina...
Al fiscal, mientras, se le acusa de incluir en sus escritos ataques innecesarios contra el instructor . Su afirmación de que el juez se ha apoyado en «teorías conspiratorias» para imputar a la Infanta ha causado gran revuelo. Eso sí, nadie ha sido capaz de esgrimir un solo argumento técnico para rebatir las argumentaciones jurídicas que contienen esos escritos. Castro necesitó más de 200 folios para justificar su imputación; Horrach apenas 14 para desmontar sus argumentos jurídicos. El primero es alabado como una especie de regenerador de la vida nacional; al segundo, que es quien por primera vez en la historia de España va a sentar en el banquillo de los acusados a un miembro de la Familia Real, le llueven las críticas por «vendido»...
Que nadie se engañe. El caso Noos hace mucho tiempo que no tiene futuro jurídico . La instrucción está acabada, con los resultados conocidos. Si está vivo aún es porque hay otro tipo de intereses.
El fiscal Horrach, de héroe a villano
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete