La Vía Catalana, encadenados a la independencia

El espíritu, de hecho, es el mismo que el de la multitudinaria manifestación que tuvo lugar en Barcelona el pasado 11 de septiembre, aunque en este caso, puntualiza la ANC, con una intención de ruptura aún más clara: "Hay que convertir la Diada en la antesala de la independencia", anuncian desde la entidad secesionista. Así, mientras el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y parte de su ejecutivo abogan por cambiar de marcha y consensuar una consulta con el Gobierno, la ANC apuesta por un acción de impacto: conectar el norte y el sur de Cataluña, de El Pertús a Alcanar, con una cadena humana de más de 350.000 personas para, subrayan los organizadores, "convertir en realidad el anhelo mayoritario de los catalanes, convertirse en un nuevo estado de Europa".

En realidad, esta Vía Catalana que ha capitalizado buena parte del verano no es una idea original, sino una adaptación de la Cadena Báltica que en 1989 unió a un millón y medio de personas a través de Estonia, Letonia y Lituania para reclamar la independencia de la URSS. En este caso, sin embargo, serán 400 y no 600 el número de kilómetros que cubrirá el acto reivindicativo, un recorrido que transcurrirá a través de la N-340, cerrada al tráfico a partir de las 16.00 horas, y que, el simbolismo lo es todo, arrancará a las 17 horas y 14 minutos y finalizará a las 18 horas.

El camino estará divido en 778 tramos correspondientes a 86 municipios y, para no perder detalle, la ANC cubrirá el recorrido con 24 ultraligeros y 800 fotógrafos voluntarios, responsables de generar una "gigafoto" en la que quepan todos los participantes. 2.000 Mossos d'Esquadra y más de 30.000 voluntarios completan un operativo que la televisión pública catalana retransmitirá en directo con todo lujo de detalles. Esto es: 3 helicópteros y 19 puntos de conexión en directo.

Reus, Tarragona, Vilafranca del Penedés, Sant Feliu del Llobregat, Barcelona, Mataró, Girona y Figueres son algunas de las poblaciones que enlazará una cadena de la que solo queda fuera la provincia de Lleida. "Es la columna vertebral de los Paises Catalanes siguiendo la antigua Vía Augusta", razonan desde la ANC sobre un evento que paralizará casi por completo ciudades como Barcelona, único punto en en el que la línea recta se desdobla en dos para pasar por espacios como el Camp Nou o la Sagrada Familia.

Más allá de su propia naturaleza, la Vía Catalana llegará al 11 de septiembre con varias polémicas a cuestas, ya sea por la negativa del Obispo de Solsona a la petición de la ANC de que las campanas de las iglesias de su diócesis repiquen a las 17 horas y 14 minutos, o por las declaraciones del primer secretario del PSC, Pere Navarro, en las que pedía que fuesen los organizadores quienes asumiesen los costes de seguridad derivados de la cadena.

Más sonada aún ha sido el intento de Acció Cultural del País Valencià (ACPV), una asociación pancatalanista con base en la Comunidad Valenciana, de alargar la cadena humana hasta Vinaroz (Castellón), movimiento que finalmente la subdelegación del Gobierno prohibió este lunes después de que la Guardia Civil alertase de riesgo de alteración del orden público y de la seguridad Víal.