Habrá balizas de control de velocidad en los tramos como el del accidente del Alvia

La citada comisión, creada inmediatamente después del accidente, podría hacer más recomendaciones una vez finalice su trabajo de investigación, pero ha querido avanzar ya las dos primeras por considerarlas las más relevantes.

Adif, la sociedad gestora de las infraestructuras ferroviarias, ya había anunciado poco después del descarrilamiento que revisaría todos sus protocolos de seguridad. Se hace siempre que hay un accidente, no solo en España, sino también en otros países. Como ejemplo, después de un accidente en Francia por un problema en un cambio de agujas Adif sometió a examen todos sus dispositivos para descartar que algo así pudiera ocurrir también en nuestro país.

Zonas de transición

Además, Adif dio instrucciones a sus técnicos para que revisaran todos aquellos tramos de la red ferroviaria que puedan presentar características similares al del suceso, muy especialmente aquellas zonas de transición a la red convencional y en los trayectos de integración en núcleos urbanos. Este trabajo continúa a día de hoy.

Las recomendaciones de la comisión van en la línea de las aplicadas por Adif, que tras el suceso instaló balizas de velocidad en el tramo afectado. Así, en el punto kilométrico 79/769 se instaló el pasado jueves uno de estos dispositivos que limita la velocidad a 160 kilómetros por hora. Además, el lunes colocó otro en el punto kilométrico 81/669 y un cartelón que limitan la velocidad a 30 kilómetros por hora, en este caso para proteger las obras que se realizan en esta zona. Este dispositivo está precedido por una tercera baliza situada antes que limita la velocidad a 60 kilómetros por hora.

No había quejas

El hecho de que se tomen estas medidas no quiere decir que el tramo donde se produjo el descarrilamiento fuera inseguro. Es más; nunca un maquinista se había quejado porque fuera peligroso, según las fuentes consultadas por ABC. Pero ante una tragedia como esta se hacen nuevas evaluaciones.

Renfe también ha comenzado a revisar todos sus protocolos, muy especialmente los de comunicación entre la cabina de conducción y los centros de gestión, personal a bordo y demás comunicaciones de servicios. Asimismo, revisa los planes de formación y cursos de actualización del personal , al tiempo que analiza la formulación de propuestas en relación con los exámenes psicofísicos del personal de conducción, así como los intervalos para su realización, entre otras medidas.