El falso «shaolín» ofreció sus servicios a la Ertzaintza

Juan Carlos Aguilar, el falso maestro «shaolín» encarcelado desde el pasado 5 de junio por el asesinato de dos mujeres en su gimnasio de Bilbao, llegó a tocar la puerta de la Ertzaintza para ofrecer formalmente sus servicios como pretendido experto en artes marciales, pero fue rechazado. Aguilar, detenido tras el aviso de un ciudadano por agentes de la Policía vasca en el momento en que torturaba a su segunda víctima en el interior de su «templo» deportivo, intentaba engordar el «caché» de su falseado curriculum como monje «shaolín» obteniendo un contrato para formar y asesorar técnicamente a los agentes de la academia de Arkaute, en Álava.

La Policía autónoma vasca, sin embargo, desestimó esa opción planteada por el propio Aguilar, que en ningún caso llegó a impartir cursillos, tampoco en la base de Berrozi, donde se entrenan los escoltas y los grupos de intervención, según confirmaron a este diario fuentes del Departamento vasco de Seguridad. Pese a no haber conseguido establecer ninguna relación profesional, ya a finales de los 90 Aguilar se presentaba a sí mismo en publicaciones especializadas como instructor de artes marciales de la Ertzaintza.

Varios agentes

De lo que sí hay constancia es que son varios los ertzainas, así como miembros de otros Cuerpos de Seguridad del Estado destinados en el País Vasco, que han pasado por el gimnasio de Aguilar, muy conocido en el mundo de las artes marciales en Bilbao. En cualquier caso, subrayan desde el Gobierno de Iñigo Urkullu, las enseñanzas no regladas en los gimnasios son «una opción personal» de los propios agentes, que en nada tienen que ver con la formación oficial que reciben desde la Ertzaintza. Los investigadores de la Policía vasca no han hallado «ningún indicio» de que Aguilar matara a más mujeres antes que sus dos víctimas conocidas, aunque las pesquisas siguen abiertas.