Sortu admite que no encuentra al «sustituto» de Otegi

Según han explicado a ABC fuentes conocedoras de la situación, Hasier Arraiz fue elegido entre una terna de «entre cinco y diez aspirantes» no como un mero hombre de transición, sino previendo que tuviera que permanecer al frente de Sortu al menos hasta que Otegi salga en libertad. Y después mantenerlo como su «número dos». Sin embargo, este sector ha mostrado su disconformidad porque con Arraiz en la presidencia de Sortu, el discurso de la «izquierda abertzale» ha perdido iniciativa, en favor de los cabecillas de ETA.

Esto lo habrían constatado a raíz de los dos últimos comunicados de la banda, respecto a los cuales Sortu ha hecho un seguidismo estricto, «sin aportar algo que contribuya al desbloqueo del proceso», añaden estos medios. «En los últimos tiempos, Otegi no es que hiciera política en contra de ETA pero a veces daba la impresión de que, al menos, hacía política al margen de ETA». Recuerdan en este sentido cómo el exportavoz de Batasuna llegó a decir que el terrorismo se había convertido en un «estorbo» para la «izquierda abertzale» o escenificó una supuesta autocrítica por la actitud mantenida hacia las víctimas del terrorismo. «Reflejaba un intento de escenificar un cierto desmarque respecto a la banda, aunque fuera táctico. Pero lo que hace ahora Sortu es pura sumisión, puro seguidismo», comentan estas fuentes.

De todas formas, en Sortu no parecen haber encontrado «banquillo», porque cualquiera de los actuales dirigentes -Pernando Barrena, Rufino Etxebarria, Joseba Álvarez, Joseba Permach- tampoco logran ese carisma que llegó a tener, y tiene, Otegi en la «izquierda abertzale». Además, crece el descontento hacia el actual portavoz de Sortu, Pernando Barrena, sobre todo en Álava y Vizcaya. En esta situación, los medios consultados atribuyen la condición de «tapado» a Txelui Moreno, que ya actuó como portavoz en la «travesía del desierto» que recorrieron los herederos de Batasuna de regreso a la legalización.