«No habrá consulta porque es ilegal y si Artur Mas la fuerza, será su final»

-El gobierno de Artur Mas es decepcionante incluso para los que lo votaron. Es un gobierno que ha equivocado las prioridades y que, en lugar de trabajar por la salida de la crisis, alimenta un debate circular sobre la independencia, que provoca cansancio y hastío en la sociedad catalana. El debate sobre la consulta ilegal no está en la sociedad catalana, sólo está en algunos sectores de CDC, y ha provocado una crisis de partido y de gobierno a Artur Mas.

-¿Habra consulta?

-No puede haber consulta sobre la independencia porque esa consulta es ilegal. Lo dice la sentencia del Tribunal Constitucional del 11 de septiembre de 2008 sobre la autodeterminación del País Vasco. Y lo dice el propio Consejo de Garantías Estatutarias de Cataluña, que dice que la consulta es contraria al Estatuto.

-Si no hay consulta, ¿habrá adelanto electoral?

-Si Mas fuerza la consulta ilegal será el final de su legislatura.

-¿Qué panorama se abre entonces? ¿una declaración unilateral de independencia?

-Creo que Mas sabe que una declaración unilateral a lo único que lo aboca es al rechazo de la Unión Europea y, por tanto, no tiene salida ni con la consulta ni con la declaración unilateral. La única salida sería la rectificación y gobernar para sacar a Cataluña de la crisis

-¿Qué relación tiene con Mas?

-No hay ningún tipo de contacto.

-¿Se siente traicionada? Hay puntos del acuerdo CiU-PP firmado en la anterior legislatura que no se han cumplido...

-Más que traicionada, me siento como mucha otra gente, decepcionada. Creo que Mas generaba una confianza y unas expectativas que luego se han visto frustradas. No ha demostrado la competencia que parecía tener para superar el tripartito ni ha demostrado la lealtad que algunos creíamos que podía tener en pactos presupuestarios. La palabra que define a Mas ahora es decepción.

-¿Imposible un acuerdo presupuestario ahora entre CiU y PP?

-Mas ha aprovechado la situación de inestabilidad política para lanzar el mayor órdago, el mayor desafío al Estado, consistente en la independencia de Cataluña. En esa clave se hizo la convocatoria de las elecciones anticipadas y el impulso del proceso independentista.

-Su propuesta de modelo de financiación singular para Cataluña ha provocado el rechazo de otras comunidades gobernadas por el PP...

-No hay ninguna polémica. El PP aprobará dentro del régimen común de todas las comunidades autónomas un modelo de financiación que será bueno para toda España y que recogerá lo que es mejor para Cataluña, como también lo hará para recoger las características propias de Galicia o Extremadura o de Andalucía o Valencia. El PP catalán obviamente tiene que defender lo que sea mejor para Cataluña, como lo hará el señor Feijóo para Galicia o como lo hacen el resto de mis compañeros en sus comunidades. Siempre dentro de un modelo consensuado por todos, multilateral, dentro del régimen común de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA). Por tanto, el PP catalán defiende una financiación buena para toda España en la que se incluyan las características propias de Cataluña y las que defienden otras comunidades autónomas.

-¿Es sostenible que cada comunidad tenga un modelo singular?

-Es que no hablamos de un modelo propio para cada comunidad, hablamos de un modelo común en el que cada comunidad pueda tener su singularidad. Ese es el reto de responsabilidad y de consenso que el PP plantea en toda España. Que entre todos podamos asumir con responsabilidad, serenidad y lealtad, un nuevo modelo de financiación que cierre una etapa de la transición española y siente los fundamentos sólidos de un sistema que corrija los desequilibrios existentes. Ese es un reto conjunto, una batalla que ganaremos entre todos.

-Usted dijo que estaba dispuesta a incumplir la disciplina de voto para defender ese modelo singular…

-Esas no fueron mis palabras. Yo dije que confiaba en mi Gobierno y en mi partido y que estoy convencida de que se logrará el mejor modelo de financiación. En el caso de que no fuera así, y eso es lo que dije, yo seguiré trabajando para conseguir que el Ejecutivo español escuche al PP catalán. Yo me he sentido siempre muy apoyada y escuchada por el PP de toda España y por el Gobierno de Mariano Rajoy. Nunca nos hemos planteado esa ruptura de voto porque nuestro proyecto es el mismo para toda España.

-¿Habrá flexibilización del déficit en Cataluña?

-El Gobierno ha hecho las cosas como se tienen que hacer, pidiendo a todos que hicieran los deberes o no podíamos hablar de flexibilización. Ahí teníamos al Ejecutivo catalán, que lo único que hacía era desafiar permanentemente al Estado exigiendo cosas que no podía. Pero ahora el Gobierno sí puede plantear una flexibilidad porque hemos bajado de un 9% de déficit a un 6,9%. Si hubiéremos hecho lo que pedía Cataluña, estaríamos aún en un 9%. A partir de ahora, el Gobierno tiene margen para flexibilizar en comunidades con dificultades como pueden ser Murcia, Valencia o Cataluña, donde se habla de un 1,8 (ahora se sitúa en un 0,7). Las comunidades que han cumplido deben tener su compensación.

-CDC ha presentado una ofensiva soberanista en el área metropolitana donde el PP tiene gran influencia. ¿Puede cuajar ese mensaje?

-Cada día que pasa veo que el proceso independentista se diluye más. Es la crónica de una muerte anunciada. Y el final de la legislatura y de Artur Mas va en paralelo a eso. Cada vez tiene menos apoyos, cada vez hay más consejeros en contra de la ruptura con España. Por muchas campañas que quieran hacer, esa batalla la perdieron el 28 de noviembre en las urnas. Ese día fue el principio del fin.

-Pero ERC subió mucho…

-Artur Mas, la ERC presidida por Joan Puigcercós y Solidaritat tenían en la anterior legislatura una mayoría superior que la que hay ahora en el Parlamento catalán después de ese adelanto electoral y la supuesta internacionalización de su proyecto ha naufragado estrepitosamente.

-¿Cómo analiza el auge de Ciutadans?

-Su captación de voto fue mayoritariamente socialista. El PP podría haber captado ese voto si hubiéramos tenido un mayor resultado en las reformas estructurales emprendidas por el Gobierno español, pero no nos dio tiempo. El desencanto socialista que se fue a Ciutadans puede volver al PP cuando se recupere la economía.