Rajoy a Rubalcaba: «El problema es que usted tiene historia»

Rubalcaba, en su primera intervención, que casi dobló el tiempo reglamentario, intentó tocar todas las teclas para atacar al Ejecutivo, y el resultado volvió a ser un discurso desordenado, y sin estructura sobre un plan alternativo concreto para cambiar las cosas en España. En ese primer turno, el jefe de la oposición llegó a decir a Rajoy que era un «incompetente» por no ver la profundidad de la crisis durante la campaña electoral «Su problema es que tiene historia», le diría después Rajoy, en alusión a ese año en el que el Gobierno de Zapatero y Rubalcaba negaba una y otra vez la crisis, y más tarde tomaron las medidas que nos situó casi en el abismo.

Rajoy, en una primera réplica breve y directa, nada que ver con su antecesor, Zapatero, que se eternizaba en la tribuna en sus respuestas, mostró su comprensión ante el hecho de que nada de lo que hace el Gobierno le guste a Rubalcaba. «Entiendo que a usted no le parezca nada bien, porque estamos haciendo exactamente lo contrario de lo que ustedes hicieron».

El rifirrafe entre Rajoy y Rubalcaba subió varios decibelios cuando se centraron la corrupción. El líder socialista había criticado el «gravísimo caso de corrupción» en el partido del Gobierno, en alusión al caso Bárcenas. En su respuesta, Rajoy primero comentó que algunos llevan una contabilidad moral para sus amigos y otra para los demás. «Mi partido, de momento, no ha sido condenado por financiación ilegal», subrayó, entre los aplausos de los suyos.

Rajoy dio un golpe de efecto cuando soltó: «Y no voy a pedir su dimisión, porque ya hay otros que se la piden», lo que Rubalcaba entendió como que se lo estaba pidiendo de manera indirecta. El presidente del Gobierno le aclaró que no, en una de sus mejores respuestas, que dejó pegado en su asiento a su oponente: «No, yo no he pedido su dimisión. No me interesa».

Por si había alguna duda, ante la petición de dimisión que había hecho Rubalcaba, y que en el debate recordó aunque no directamente, Rajoy subrayó que el PP va a estar ahí, en el Gobierno, los cuatro años de mandato, porque así lo ha querido la mayoría absoluta de españoles.

En su segunda intervención, Rubalcaba fue un caos. Tras afear primero a Rajoy que no hiciera más por los desahuciados, y recordarle éste que él hizo menos desde el Gobierno (siempre su «historia»), el jefe de los socialistas hizo una confesión: «Cuando veo los casos de desahuciados, pienso: Maldita sea, por qué no arreglamos aquello». El efecto de su confesión resultó tremendo y los suyos guardaron un silencio sepulcral.

Pero Rubalcaba acabó de enrededarse, y de perder el debate, cuando trató de criticar la reforma laboral: «Lo que ha dicho de la reforma laboral no es verdad», señaló a Rajoy, y añadió que cuando saliera de ahí daría los datos que lo demostrarían, pero fue incapaz de ofrecer ninguna en ese momento, pese a las peticiones de los populares. Fue el remate final que llevó a una victoria de Rajoy en el debate. «Nos está dando penita», se mensajearon algunos diputados del PP.

Tal fue la derrota, que Rajoy no quiso hacer demasiada sangre y su turno final duró apenas ocho minutos. Rubalcaba rechazó pedir ese último turno exprés, que en estos debates siempre suele pedirse por parte de la oposición, y el presidente del Congreso concede sin problemas.