Sánchez, en 2015: «Rajoy desprecia a la democracia por no presentarse a los debates»

El presidente del Gobierno estaba todavía en la oposición cuando en 2015 protagonizó un sonado cara a cara con Mariano Rajoy, que acabó acusándole de ser una persona ruin y mezquina. Esa fue la única vez que pudimos ver a los dos debatir en televisión durante aquella campaña electoral, ya que Soraya Sáenz de Santamaría fue la encargada de representar al PP en el debate a cuatro en el que, además de Sánchez, participaron Albert Rivera y Pablo Iglesias.

En este sentido, Sánchez afirmó en Twitter un mes antes de las elecciones que «Rajoy desprecia la democracia y desprecia a los españoles por no presentarse a los debates . No merece ser presidente del Gobierno».

Solo seis meses después volvimos a entrar en periodo de elecciones y el PSOE reclamó a Rajoy que aceptara un cara a cara ante un Sánchez que, decían, participaría en «todos los debates». Sin embargo, desde el PP respondieron que su propuesta era un debate a cuatro porque era el que representaba mejor «la pluralidad de las nuevas Cortes».

Ahora es Pablo Casado quien lidera un Partido Popular que reclama al presidente del Gobierno el cara a cara y el PSOE quien parece decantarse por que el presidente no participe en ese formato que antes reclamaban. El argumento es la supuesta falta de claridad respecto a quién lidera la oposición, ya que tanto PP como Ciudadanos han solicitado un duelo con Sánchez.

La duda en el PSOE es si aceptarán el debate a cuatro propuesto por TVE o el que además incluye a Vox, impulsado por Atresmedia. Se han comprometido a dar una respuesta antes de que arranque la campaña formalmente, ya que de su decisión dependen los calendarios de todos los partidos.

Sánchez tendrá mucha presencia en campaña, con 24 actos de partido . Además de algún que otro altavoz como presidente del Gobierno. En cambio, la presencia en programas de televisión o las entrevistas, otrora abundantes, no van a ser la tónica en los próximos comicios. Moncloa y Ferraz no quieren excesivos riesgos en la campaña electoral que les pueda hacer perder lo que los sondeos le vienen atribuyendo en las últimas fechas. Una campaña de mucho Sánchez pero poco riesgo.