La izquierda pincha con su discurso del miedo en Galicia

En las autonómicas anteriores, las de septiembre de 2016, la participación rondó el 64 por ciento. Según la encuesta de GAD3 que ABC publicó el pasado fin de semana , en esta ocasión estaría en el 59 por ciento, y en los últimos días la intención de ir a votar se habría estabilizado en torno al 60 por ciento, a pesar de la situación del brote en La Mariña, con algo más de un centenar de positivos, que ha llevado a confinar a decenas de miles de personas hasta el próximo viernes.

La participación es clave el 12 de julio , pero con los datos previstos será complicado que la izquierda y el nacionalismo puedan dar una sorpresa en las urnas. Desde GAD3 no se prevé un hundimiento de la participación, como ocurrió en las elecciones francesas. El presidente de la consultora, Narciso Michavila , advirtió ayer de que el mensaje pidiendo un aplazamiento de las elecciones, cuando Galicia tiene contenido el brote, «solo demuestra la debilidad electoral» de quien lo propone.

En el PP reconocen la inquietud que les produce que el brote de virus puede tener un «efecto desmovilizador», aunque confían en que no influya en la participación ni en los resultados. En ese sentido, denuncian el intento «claro» de la izquierda de desmovilizar sobre todo a las personas mayores . Fuentes populares señalaron que pedir una suspensión de las elecciones es totalmente «desproporcionado», además de «irresponsable», e insistieron en que el domingo, en La Mariña, se va a poder votar «con normalidad», excepto los que estén contagiados.

En realidad, los populares temen más que la gente no vaya a votar por el buen tiempo, o por un exceso de confianza . Estas son las primeras elecciones autonómicas que se celebran en Galicia en julio, y se espera sol para el fin de semana. Después del confinamiento y los meses duros de pandemia, hay «hambre de vacaciones y playa», lo que unido a la sensación de que «la victoria está hecha, aunque no haya decidido nada aún», puede llevar a una menor participación.

En un mitin en Ames, Feijóo presumió de gestión durante la pandemia y recordó que incluso el doctor Simón elogió el trabajo de la Xunta de Galicia. Por eso defendió la «experiencia» de su Gobierno para hacer frente a la crisis económica y también a una pandemia que todavía puede tardar meses, «e incluso años», en desaparecer.

Previamente, tras reunirse con el comité clínico de expertos sanitarios , lanzó un mensaje claro a sus rivales en las urnas: «Debemos ser más responsables que nunca y no meter miedo a la gente. Meter miedo a la gente para no ir a votar es un tic antidemocrático que me preocupa (...). Es algo que un político no debe hacer nunca». Frente al ruido de la oposición, Feijóo aportó datos: el rebrote experimentó una «pequeña regresión», con menos del 5% de positivos en las PCR de la víspera. «Mantenemos sin ningún tipo de modificación la jornada electoral con los datos que tenemos hoy», proclamó. «Galicia es una comunidad autónoma más segura que el resto de España».

Al tiempo que la Junta Electoral gallega determinó que no le «corresponde» pronunciarse sobre la suspensión en La Mariña que azuza el BNG –«sería lo más sensato», insistió su candidata, Ana Pontón–, la izquierda gallega siguió a lo suyo. Especialmente el PSOE, que trata de hacer fuerza con su músculo local; desde Burela, el municipio más afectado, su alcalde también pide aplazar. «Los alcaldes», agitó el candidato Gonzalo Caballero, «nos dicen que no están en condiciones (...) de afrontar un proceso electoral». Insinuó, incluso, una desbandada de «muchos presidentes y secretarios de mesas». «Feijóo está perdiendo el sentido común y el respeto a Galicia», arremetió. «El Gobierno no puede ser más que un espectador», comentó la vicepresidenta Carmen Calvo.