Elecciones en Andalucía: La hora del presidente Arenas

Tras ello, lo ha sido todo en política, incluido un vaivén de siglas del Partido Demócrata Cristiano , a la integración en UCD y luego la coalición entre las filas populares. Concejal, teniente de alcalde, diputado autonómico, diputado en la Cámara Baja de Madrid, secretario general de su partido, vicesecretario nacional, tres veces ministro, incluido vicepresidente segundo del Gobierno... hasta encabezar en cuatro ocasiones la candidatura de su partido, el PP, a la Junta de Andalucía. Y en esta cuarta ocasión lo ha logrado.

Quizás por toda esta carrera que lleva a sus espaldas, deteste tanto Javier Arenas Bocanegra que sus adversarios hayan intentado proyectar la imagen distorsionada de que es un auténtico “señorito andaluz” en las formas y el fondo, porque no es análogo el significado de esa caricatura, piensa, a estar enamorado de Andalucía.

Y es que ésta sí es una confesión salida por boca del elegido presidente de la Junta de Andalucía por una mayoría suficiente para gobernar la próxima legislatura. En su biografía se encontrarían suficientes indicadores de esa pasión por su tierra: sevillista, devoto de la buena comida andaluza, católico y familiar casado en la impetuosa Catedral de Sevilla con Macarena Olivencia , hija del ex comisario general de la Expo (cómo no, de Sevilla’92), Manuel Olivencia , miembro de la Hermandad de La Macarena que ha logrado, a puertas de su admirada Semana Santa, el costal por el que más ha sudado.

Con la primavera, también ha llegado el primer presidente no socialista para el feudo del Obrero Español por excelencia. Andalucía ha puesto la estocada de remate de un PSOE que comenzó a hiperventilar el pasado 22 de mayo y continuó agonizando con los 110 escaños de las pasadas elecciones generales , hasta sepultar con la bocanada de cambio al bastión socialista de los últimos treinta años.

Arenas recogerá el testigo de José Antonio Griñán, que nunca fue elegido en las urnas presidente andaluz sino que relevó en el Palacio de San Telmo a Manuel Chaves ante la llamada del Gobierno de Zapatero en Madrid. Antes que Chaves (que fue elegido seis comicios consecutivos entre 1990 y 2008), fueron José Rodríguez de la Borbolla (dos legislaturas) y Rafael Escudero desde 1979, hasta su dimisión en 1984.

Arenas será el quinto de Andalucía. Para este nacido un día de los Santos Inocentes y que cumplirá 55 años este 2012, habría sido una auténtica inocentada volver a quedarse a las puertas de otra conquista sobre las encuestas, siempre favorables, pero que no le otorgaron con anterioridad el favor final.

Tras la remontada histórica de 1994 después de que el PP pareciese tocar fondo en la Comunidad del sur de España y arañar casi la Presidencia en las elecciones anticipadas por Chaves dos años después –que solo impidió un pacto de gobierno entre PSOE y Partido Andalucista-, Arenas respondió a la llamada del Aznar junto a quien había estado en el Congreso de 1990 en Sevilla para ser ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, primero, luego de Administraciones Públicas y por menos de un año de la Presidencia y vicepresidente segundo de su Ejecutivo.

Muy a la francesa, donde los grandes dirigentes del país retornan a pueblos y regiones para agotar su vida política, regresó a la candidatura al Gobierno autonómico en 2008 y aquí la brecha con el PSOE se redujo por primera vez de los impenetrables diez puntos.

La veleta política comenzó a virar con vientos de cambio en Andalucía en marzo de 2009, cuando ya las encuestas hablan de empate técnico entre los dos grandes partidos, hasta marzo de 2011 en que el PP se impone por primera vez en unas elecciones en Andalucía , con una renta de siete puntos.

En las pasadas elecciones generales del 20 de noviembre la ventaja para los populares presididos por Arenas es de 9 puntos y la atmósfera de una petición masiva por parte de los ciudadanos de una gestión diferente se materializa este 25 de marzo.

La elevada tasa de paro andaluz, la crisis económica que tan perniciosa factura ha depositado para el campo y el resto de sectores en la Comunidad, el escándalo judicial de los ERE y la utilización ilícita de fondos públicos por altos cargos de pasadas Juntas y sus acólitos, y el deterioro propio de tres décadas de hegemonía socialista han motivado la primera alternancia real en democracia en esta región, la única que permanecía insondable para la “marea azul” en el país.