Sam Bankman-Fried, el nuevo Mark Zuckerberg triturado en el terremoto de las criptomonedas

Con apenas 30 años, el ya exCEO de FTX ha pasado de donar millones al partido demócrata de EE.UU a quedarse en la bancarrota absoluta

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Sam Bankman-Fried, exCEO de FTX AFP

Sam Bankman-Fried copaba las páginas y ránkings de multimillonarios más jóvenes del mundo hace no tanto. Este licenciado en física del Instituto Tecnológico de Massachusetts había tocado el cielo si llegar a los 30 años, con una fortuna estimada de 26.500 millones ... de dólares a su nombre a finales de 2021. Era el chico con el que todos querían aparecer en la foto, un ejemplo de sueño americano que acaba de convertirse en pesadilla.

Hasta esta semana, Bankman-Fried o SBF como le llaman sus allegados, era el CEO de FTX, la empresa estadounidense de intercambio de criptomonedas que era la envidia de medio mundo. Bajo su mando llegó a convertirse en el cuarto grupo más importante del mundo en divisas digitales, pero la pésima gestión con la fusión de Alameda Research y la espantada de Binance a salvarles ha acabado no sólo con la propia firma declarada en bancarrota, sino con la cuenta del propio Bankman-Fried en números rojos.

No es casual que se le conociera como el nuevo Mark Zuckerberg. Sólo el creador de Facebook (que tampoco pasa por su mejor momento) había logrado semejante fortuna antes de la treintena, por lo que este californiano de clase media acomodada pero ni mucho menos millonario de cuna se había ganado los elogios del mundo empresarial por su fino tino.

Hasta ahora.

«La he cagado»

«El Zuckerberg de las criptomonedas» o «el nuevo Warren Buffett», como le bautizó la revista 'Fortune' en 2020, ha sido de manera unánime señalado como el culpable del batacazo de FTX, cuyas secuelas aún no han acabado de conocerse.

Fue él quien falló a la hora de encontrar la inversión de 4.000 millones de dólares para evitar la quiebra. Changpeng Zhao, propietario de Binance, estuvo muy cerca de aportarlo, pero la intrincada ingeniería financiera que había presentado SBF les hizo huir.

Se acaba así una historia con tintes de 'El Lobo de Wall Street' mezclado con el del citado Zuckerberg. Todo empezó en 2014, cuando recién licenciado en física en el MIT se hizo operador de arbitraje en Jane Street Capital, una empresa de servicios financieros donde entendió qué palancas debía activar para maximizar los rendimientos de activos bursátiles.

Apenas tres años después ya iba en la cresta de la incipiente ola de las criptomonedas: compraba bitcoins en Estados Unidos y, con un 10% de beneficio, las vendía en Japón. Fundó Alameda Research y en mayo de 2019 ya tenía en marcha FTX, como una firma de comercio de activos crypto y como una de exchange respectivamente. El intento de rescate de la primera con el dinero de los inversores de la segunda este mismo verano de 2022 fue uno de los primeros clavos en su ataúd.

Apoyo clave para el Partido Demócrata

Bajo un halo de presunta transparencia, Bankman-Fried veía cómo su cuenta crecía exponencialmente y su mirada se dirigió a la Avenida Pensilvania de Washington DC.

Para este ciclo electoral de 2022 donó más de 40 millones de dólares a diferentes candidatos demócratas (solo el multimillonario George Soros dio más dinero a la causa) y había prometido aportar mil millones para ayudar a derrotar a Donald Trump si este se postulaba nuevamente para regresar a la Casa Blanca en 2024. Tal era su autoconfianza que había firmado acuerdos multimillonarios de patrocinio con equipos como los Miami Heat de la NBA (su estadio iba a bautizarse como FTX Arena) o la escudería Mercedes de Fórmula 1, que fue de las primeras en avanzar la quiebra que ha provocado el 'criptoterremoto'.

Tras la bancarrota de FTX, se estima que ha perdido el 96% de su fortuna, aunque aún tiene que acabar de cuadrar su balance porque no se descarta que empiecen a llamar acreedores a su puerta. Sam Bankman-Fried ha pasado de ser un referente mundial a un paria.

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